Capítulo 2

80 19 15
                                    


Pasaron los días, los cuales fueron agotadores para los miembros de la policía militar, ¿Razón? Simple, asesinaron al hijo del presidente y este les ordenó encontrar al culpable, no es que le importara su hijo, pero si el que dirán y esto es signo...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron los días, los cuales fueron agotadores para los miembros de la policía militar, ¿Razón? Simple, asesinaron al hijo del presidente y este les ordenó encontrar al culpable, no es que le importara su hijo, pero si el que dirán y esto es signo de que están desacreditando su poder en la ciudad y es algo imperdonable, el cual se debe pagar, desafiar al “rey” jamás, porque deberás de pagar las consecuencias.

Con pocas pistas, se desesperaban más y la presión del presidente iba creciendo.

–¡Atrapen al desgraciado que me arrebató a mi hijo! –exclamó.

–Pero no tenemos ninguna pista.

–¡Son unos inútiles buenos para nada! –y sin más salió del lugar.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


–¡Ya tengo diecisiete años, ya soy una adulta y tomó mis propias decisiones! –salió azotando la puerta.

–¡Sueltame, no tienes ningún derecho a tocarme!

–Anda cariño, vamos a divertirnos, al principio te dolerá, pero después te gustará–susurro en el oído de la joven, tomando la por el trasero.

–¡Alejate! –se soltó de su agarre, pegándole en la zona blanda y empezó a correr hacia la carretera.

–¡Maldita perra, te van a matar si te vas sola a casa!

La joven caminaba por la carretera después de huir de la fiesta, esperando que alguien le diera un aventón a la ciudad. Cuando empezó a creer que nunca pasaría un automóvil, un carro de color vino, se detuvo para dejarla subir.

–¡Muchas gracias!

–¿Qué hace una niña a estas horas de la noche en la carretera?

–Con todo respeto, pero eso a usted no le incumbe.

–De acuerdo.

Pasaron 10 minutos, todo iba tranquilo, la música a un volumen adecuado, la velocidad iba a 40 km/h, la temperatura estaba neutral,  sólo veía como pasan los árboles ya alumbrados por las luces del carro, pero...

ẹrọDonde viven las historias. Descúbrelo ahora