Promete Que Siempre Estarás Conmigo [Harmione]

Capítulo 14 - El Sacrificio de Harry

Harry, Ron y Hermione están corriendo por los caóticos pasillos de Hogwarts mientras se dirigen a la Sala de los Menesteres. Se detuvieron frente a una pared. Harry cerró los ojos, imaginando que tenía una necesidad desesperada de encontrar la diadema después de la descripción que la Dama Gris le dio. La pared comenzó a formar una puerta y se abrió. Corrieron dentro y comenzaron a buscar de inmediato entre miles de cosas que yacían en las montañas en la interminable Sala de Requisitos.

"Harry, lo siento, pero esto es como buscar una aguja en un pajar muy grande". Dijo Ron, Harry, sin embargo, decidió ignorarlo mientras continuaba buscando, después de unos treinta minutos de búsqueda, se encontraron alrededor de una gran montaña de sillas viejas.

"No puedo encontrar ninguna diadema aquí, Harry". Dijo Hermione. "¿Estás seguro de que estamos en el lugar correcto?"

"¿Por qué Hogwarts nos dirigiría a esta habitación si no estuviera aquí?" Dijo Harry mientras comenzaba a escuchar un montón de voces susurrando detrás de su espalda. Venían de una caja sobre una mesa vieja. "Es eso." Él dijo.

**Mientras tanto**

Las puertas de la sala de requisitos se abrieron de golpe, tres niños conocidos entraron, cada uno con su varita apretada. Dos de ellos llevaban insignias de Slytherin en sus túnicas, mientras que el del medio llevaba un esmoquin negro y liso, y tenía el pelo desordenado, blanco/rubio.

"¿Estás seguro de que están aquí, Draco?" Preguntó el alto, más flaco.

"El Señor Oscuro no cometería el error de que sea lo contrario Crabbe". dijo Draco. Volvió la cabeza hacia la derecha al escuchar voces distantes en el pasillo.

"¿Son ellos?" Preguntó el más musculoso.

"¿Quién más Goyle?" Dijo Crabbe. "¿Papá Noel y sus pequeños ayudantes?"

"Muy divertido." Dijo Goyle con voz irritada.

Draco comenzó a moverse hacia el sonido. "Vamos chicos, no podemos dejar que encuentren la diadema". Les hizo un gesto con la mano para que lo siguieran por el pasillo hasta que doblaron una esquina. Ahí estaba el trío, Harry sosteniendo la diadema de Ravenclaw en la mano. "Bien, bien, bien Potter". Dijo Draco con voz arrogante.