Caos.

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Por más extraño y raro que sonara, Bang Chan disfrutaba del desorden.

Disfrutaba de ver ligeramente su cama arrugada, del sonido de las gotas que incesantes que golpeaban contra su ventana y del cabello que el viento desacomodaba. Sus amigos siempre le decían que era bastante peculiar e inusual su forma de ver la vida, un poco difusa y fluctuante, un poco caótica e impredecible.

Sin embargo siempre le agradecía, que no le costará disfrutar de las pequeñas anomalías de la misma. De las carcajadas disonantes que rompían el silencio, del llanto alegre de cualquier corazón ajeno, o de Lee Minho por ejemplo.

Del chico que pasó a ser su más maravilloso caos.

Por que Minho era parecido a un desastre y a su vez similar a un huracán; que gustaba de bailar sin pensar, que soñaba despierto y comía helados en pleno invierno.

Pero que para Christopher Bang era el desorden más bello.

Un chico al cual le costaba vivir sin sus tres gatos y las constantes raras sesiones fotográficas que solía hacer a diario, el cual se levantaba en plena madrugada a pedir que lo llenarán de mimos, besos y abrazos.

Que amaba caminar pensado en todo y a la vez en nada, con infinita curiosidad a cada paso que daba, que amaba mirar el cielo preguntadose de que estaba hecha la Luna, el Sol o las estrellas.

Así pues, es que no era muy difícil darse cuenta de lo perdido que estaba Chan cuando no podía ocultar el brillo en sus ojos si habla de la persona que generaba el desorden en su cabeza.

Ese caos cósmico que brillaba junto a las estrellas y podía crear universos o destruir planetas.

Pero aún así, por más desordenado que fuera, era lo más parecido a fecilidad que Chan pudo encontrar.

Era su significado caótico de amor.

Y Chris estaba perdidamente enamorado de ello, de su sonrisa cambiante como los colores del atardecer y su ternura brillante que se reía de cada una de sus tonterías; del sonido que producía la lluvia cuando desde la cama lo observa acurrucarse más a su lado, de lo dulce de sus labios que lo hacían perderse en universos abstractos y donde sólo con un pequeño contacto Chris aseguraba que no le hacía falta nada más.

Por que Bang Chan amaba aquel desorden real, que quizás no era perfecto pero aún así con su sencillez era cálido y bueno.

Que en cuanto tuvo a su lado jamás se permitió soltar, por que lo que dijeran los demás nunca fue realmente importante, bastante difícil era encontrar a quien te complementará para dejarlo ir de la nada.

Entonces para Chan no había dudas de que Minho era su sueño, su rara catástrofe.

Un inmenso universo con choques lunares, donde al buscar una estrella terminó siendo absorbido por una galaxia entera.

Así pues, Minho era un desorden, que quizás nunca buscaría cambiar y Bang Chan se volvió amante de ese caos.

Desorden ஜ Chanho ᴼˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora