Prólogo

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Días muy bonitos se viven cuando un ser humano es pequeño, cálidos momentos son acompañados de anécdotas que marcan pequeñas connotaciones de nuestra vida adulta.

Estaba ella, parada en una esquina del salón, quizá con el corazón a mil pedacitos completando la desdicha. Su pelo caía cubríendo  su mejilla derecha, los ruidos del pasillos auguraba un buen receso.

Se suponía que los niños debían ser más cariñosos, más en un colegio católico como decía su mamá. No esperaba más, el final del receso para poder ya partir de ahí.


Ella era una niña bastante rellenita en particular, sus ojos muy grandes para su cara y su voz se perdía en media de tantos otros niños.


Muchos compañeros la tomaban como la niña rara por decir desde una edad temprana lo que pensaba, tenía conceptos claros y una confianza que crecía. Pero no todos los seres humanos padecen de ese despertar en la primaria, no al menos, si era mucho menor que la escala de todos en el salón.



Ese día en aquel rincón solo podía recordar que no era la primera vez, siempre pudo ser testigo de como la callaron con insultos por su apariencia, porque no podían con sus palabras.



Las clases ese día pasaron lentas en risillas burlonas y miradas de pena. Nadie entendía que sólo hacen que una persona se haga fuerte o se hunda. Ese día como varios otros dejó que ganara el prejuicio, se largo a llorar en la noche por su apariencia y juro cambiar.


Ese fue su error, pasaron varias estaciones y el final de la primaria comenzaba, cual flor había cambiado en verdad. No era lo desarrollada que muchas niñas pero dejó atrás la gordura que ostentaba, pero no cambió su posición de casi nadie que la viese.



Hoy tal vez ya no era una gorda, pero sería la rara para siempre. Ser rara se convirtió en analizar, pensar y defenderse. Ahora no la callaban con un defecto, sino con miles.



No importaba que tanto había hecho, era la cuatro ojos por padecer de una enfermedad común en la vista. Eso solo reforzaba una idea, no importa cuanto cambies para la los demás, hay millones de ojos que solo querrán ver lo malo.


La secundaria comenzó en un parpadeo, tuvo amigos inesperados. Ahora compartía cientos de miles de hormonas que te cambiaban la apariencia. Su caso pasó a ser más común y menos grave.



Los que antes se burlaban hoy estaban peor. Cambios radicales;acne, metabolismo ancho o delgado, cisnes pasaron a ser olvidados y patios a ser destacados.



Si primer año había sido moldeado, no tuvo más que lecciones de como ser una mujer en una sociedad. Dejó y propuso su propia forma de pensar, no tuvo novios ni se preocupo de peleas por el que dirán.



Tuvo amigos que no pensó tener. Como aquel chico tierno del salón que resultó ser más tímido que nadie, muy a pesar de todos los años que compartían de amistad. La chica inteligente de su salón luego de una amistad fallida.




Ocupo lugar en un viejo bus que hacia transporte a su escuela, en el viajaban muchas personas de grado mayores y menores que no pasaba de 15 ocupantes. En el, paso inadvertida de no ser por sus tres compañeros que iban en el, del cual sólo Andrés el chico tímido amigo suyo era conocido.


Por otro lado estaba una chica muy mala a su parecer llamada Ann pero de ella pasaba, en sus bromas pesadas callandola a veces con una cucharada de su propia medicina, en ella también estaba Nat una linda vecina suya muy carismática que recién comenzaba a frecuentar.




Mientras más estaba ahí más estúpidos les parecían algunos, el hermano de Andrés, Sergio, era demasiado vanidoso y creído, aunque ignorarla ayudaba a los dos. Hizo una nueva amiga también en el bus, todo comenzó cuando estas se pelearon a causa de definir el concepto de" amor" del cual ninguno propuso algo nuevo que no sea sale del corazón o tras tonterías muy buenas. Sergio eso  aprovecho para añadir más  pelea y se terminaron gritando, la chica era un curso mayor, todos miraban la escena pensando que se jalarian el cabello o algo peor. Pero contra todo pronóstico se hicieron amigas al día después con una risa encantadora de parte de la chica. Quien resultó ser mejor de lo esperaba.




Su vida, como sus principios fueron tomando rumbo en medio de todo el caos que es ser adolescente, algunas heridas chispeaban y otras sanaban. Pero así es la vida, aveces encuentra el bus de regreso a la vida.


Pero todo eso tiene un precio, dar no siempre es garantía de recibir.




Las dos caras... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora