Febrero 19, 2001
«Verónica»
- ¡Magnus! - grito a duras penas tratando de que mi padre no me escuche desde la otra habitación.
- ¡Ronnie! - mi mejor amigo corre desde su casa hasta la mía. Nuestras casas están en frente, solo cruzamos la calle cada vez que queremos vernos, esa es nuestra ventaja.Bajo las escaleras de mi porch y corro hacia los brazos de mi mejor amigo.
Magnus me abraza con todas sus fuerzas y me sacude el cabello con una mano. Él es un poco más alto que yo gracias a la diferencia de edad, pero yo siempre lo molesto con que seré más alta que él algún día.- Feliz cumpleaños, enana.
- Gracias, cara de rana.Lo llamo cara de rana desde el día en que estábamos en un lago aprendiendo a pescar con nuestras familias y una rana salto a su pierna, grito como un loco y comenzó a sacudirse; parecería que estuviera bailando y me pareció una imagen digna de recordar.
- ¿Qué vas a hacer hoy?
- Nada, supongo - me zafo de sus brazos y lo dirijo hacia las escaleras del porch - mi mamá se la pasara trabajando todo el día y mi papá, pues ya sabes, nunca celebra mi cumpleaños.
- Lamento la palabra, pero, odio a tu papá
Volteo la cabeza a mirarlo y observo como mira a la calle con el ceño medio fruncido - yo también...Nos quedamos callados. Mirando fijamente como pasan los pocos autos por la estrecha calle, como todas las casas están cerradas y sin ninguna luz encendida. Desearía vivir en un vecindario más grande, aquí hay tan solo pocas personas y casi nunca viene nadie de visita. Magnus y yo somos los únicos niños de todo el vecindario; supongo que al menos tuvimos suerte de tenernos a nosotros.
Magnus se levanta de pronto y extiende su mano hacia mi - Tengo una idea.
- ¿Qué cosa? - alzo mi mano hacia él. Me toma por la muñeca y me levanta hasta quedar casi pegada a él.
- Te haremos una pequeña fiesta.
- Pero, ¿cómo? -sus ojos se fijan en los míos y podría jurar que brillan.
- No todos los días se cumplen ocho años, ¿o sí? - me muestra una de sus mejores sonrisas y me lleva a rastras hasta su casa.Magnus nunca deja de sorprenderme. Siempre me ha defendido en la escuela, cosa que me gustaría que no hiciera; un día por intentar ayudarme un niño le dio en la nariz con el libro de matemáticas, las matemáticas y sus problemas. Un clásico.
Subimos las escaleras de la entrada de dos en dos y abrimos la puerta lo más rápido que podemos, cerrándola de un portazo.
- ¡Magnus Cedergen! ¡No cierres la puerta así! - la mamá de Magnus sale de la cocina con el ceño fruncido pero en cuanto me ve su expresión cambia de enojo a alegría - ¡Verónica! ¿Cómo estás?
- Muy bien gracias, señora Cedergen.
- Oh vamos, te he dicho muchas veces que me llames Liv.Sé que me ha dicho que la llame Liv, es solo que me siento un poco incómoda llamándola de esa manera.
Olivia Cedergen es como una segunda mamá para mí, siempre me recibe en su casa; incluso en las malas noches en las que tengo que huir de la mía.La familia Cedergen es de Suecia, por eso el apellido extraño; Olivia es estadounidense y el señor Wilmer es Sueco, Magnus tiene doble nacionalidad, al igual que yo; nací en México pero mi mamá se mudó aquí a Seattle por mi papá, supongo que lo amaba en ese entonces.
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You know me
Teen FictionDicen que la amistad dura para siempre. Que no hay nada en el mundo que pueda separar a dos amigos. ¿Pero que pasa cuando esto sucede? Verónica y Magnus son mejores amigos desde la infancia y son separados, ambos en diferentes países por años; ¿que...