Capítulo 2

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Febrero 20, 2001

«Magnus»

La luz del sol entra por la ventana que mi mamá abre todas las mañanas. Es lo más parecido que tengo a un despertador. Con la luz del sol cayendo sobre mis párpados e impidiendo que los mantenga abiertos.
Como todas las mañanas de entre semana me levanto pero hay algo diferente, algo es distinto; y es que hoy no desperté con una sonrisa en mi rostro. Sino que con tan solo una expresión neutra.

Ayer fue el cumpleaños de Ronnie, todo comenzó bien pero todo terminó demasiado pronto y de una manera de la que desearía olvidar. Quise golpear a ese hombre, con todas las fuerzas que tengo, William Andrews, por haber golpeado a Ronnie, pero mi mama lo evitó. No me imagino que habría pasado si llegaba a hacerlo; seguro ahora mismo estaría en el hospital y ése imbécil tras las rejas.

Saco lo primero que veo de mi armario y me visto lo más rápido que puedo, ni siquiera me pongo los zapatos y corro hasta abajo para desayunar lo antes posible e irme a la parada de autobús para poder ver a Verónica.

- ¡Magnus! Ya esta el desayuno - mi mamá grita desde la cocina y yo me pongo los zapatos mientras entro allí.
- Ya estoy aquí
- Oh, siéntate, ahora te sirvo

En cuanto pone el plato en frente de mí comienzo a comer, demasiado rápido que me atraganto.

- Oye, tranquilo - mi mamá se acerca y me da un vaso de agua - ¿por qué tan apurado guapo?
Me tomo toda el agua y me seco la comisura de mis labios con la manga de mi camiseta - Quiero irme, quiero ir a la parada de autobús para ver a Ronnie.
- Entonces come rápido, pero no tanto porque te ahogas - me pellizca una de mis mejillas como lo hace cuando ve a algo tierno.
- Mamá, no soy un bebé
- Claro que sí, eres mi bebé - vuelve a pellizcarme la mejilla y luego me levanta los mechones de cabello para platearme un beso en la frente.


En cuanto termino mi desayuno llevo mi plato a la vajilla y me despido de mi mamá para luego salir corriendo por la puerta principal.
Corro por la banqueta con la mochila colgando en mi espalda, corro lo más rápido que puedo para llegar y ver a Ronnie, quiero ver como está mi mejor amiga.

En la esquina veo como el autobús llega pero no veo a nadie subir, tal vez llegue un poco tarde, pero si no llega a tiempo no podré verla hasta que vengamos de regreso a casa.
Llego hasta la esquina y acaricio la cabeza de Lucas, el perro que siempre está aquí viendo como Verónica y yo subimos en el autobús.

Subo en el gran vehículo y no veo a Ronnie por ningún lado, espero que llegue pronto.
Me siento casi hasta atrás por que casi ya todos los asientos están ocupados. Me siento del lado de la ventana y pongo mi mochila en el asiento de al lado para apartar el lugar de Ronnie si es que logra llegar.

- Oye raro, ¿dónde está tu amiguita? -ríe junto a su amigo mientras se recargan en el asiento de enfrente.

Kile y Carl, los niños que siempre me molestan por juntarme con una niña menor de edad. Estoy acostumbrado a lidiar con ellos todos los días que Ronnie no viene a clases, pero he de decir que odio hacerlo.

- Supongo que en casa, veo que te importa en donde esta Verónica, ¿cierto? - arqueo una ceja y me quedo mirando a Carl fijamente, logrando justamente lo que quiero, ponerlo nervioso.
- ¡¿Qué?! No, yo... ¡Cállate fenómeno!

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⏰ Última actualización: May 31, 2019 ⏰

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