Atrapados

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      Muy bien, él podría entenderlo. Ser literalmente atrapados en una especie de caja mágica muy pequeña mientras una bruja los rodeó con ceniza de montaña, explicaría por qué Scott aún no puede liberarse de la pequeña cárcel; eso era relativamente bueno, el problema irónicamente no era la peligrosa criatura mágica con deseos de comer carne humana (Tal vez debió dejar un rastro de migajas*) No. El no estar solo en esa situación era el problema. Su mejor amigo estaba ahí, amigo que probablemente debería mover su culo de la entrepierna del lobo. Era como su infierno personal, y comenzaba a tener problemas para mantener la calma.

***

Ambos estaban presionados uno del otro, habían cambiado posiciones para hacerlo más cómodo y menos claustrofobico. No era incómodo de ningún modo; la cercanía es algo que compartieron de niños de lo que era, estrictamente hablando, saludable. Aunque ahora de mayores las cosas cambiaron. Stiles estaba de espaldas, con su cuerpo presionando contra el pecho de Scott. Él en cambio, estaba demasiado ocupado tratando de mantener la calma.

—Lo siento mucho, Scotty. Pero debo intentar...—El humano se movió incómodo, creando un poco de fricción con su trasero. Sus manos moviéndose torpes entre sus piernas enredadas. Scott gruñía un poco debido a la vista frente a él, la nuca expuesta del chico donde el olor era mucho más fuerte.

Joder.

—Creo que podría volverme algo claustrofóbico aquí, diablos —otro movimiento.

Stiles —gruñó demasiado grave para ser normal—, no te muevas.

—¡Amigo, estamos atrapados aquí mientras una bruja devora niños está afuera! —se sacudió intentando dar patadas al extremo de la caja—. ¡Debemos hacerlo!

Otra. sacudida.

Un escalofrío subió a la punta de su polla y apretó los dientes con tanta fuerza que creyó se romperían. Desde ese punto Scott agradecía que el humano no fuera un hombre lobo, así no era capaz de oler lo que ocurría en su cuerpo. Pero ése sería el menor sus problemas.

Suspiró tomando sus manos obligándolo detenerse—Stiles. Realmente deberías parar de moverte.

Él lo miró confundido—¡Scott, no podemos estar quietos! ¡Debemos...—movió sus caderas. Luego sus ojos se abrieron en cuenta—. ¿A menos que tú...? Oh. ¡oh! Sip, solo voy a...detenerme. Lo siento.

Cuando se detuvo, se mantuvieron en un incómodo silencio. Scott aún tenía un doloroso problema, la incomodidad no hizo nada por desaparecer su erección, de hecho, todo lo contrario.

—...Amigo, no es tan malo. ¿Lo sabes, no? —Stiles habló, pero Scott estaba demasiado ocupado tratando de no hacer algo por aliviarse contra el trasero de su amigo como para escuchar.

—¿Qué?

—Ya sabes...yo podría ayudarte con eso. No es un problema para mí. Nos conocemos desde hace mucho, no sería incomodo -movió sus caderas un poco para demostrar su punto—. Además, parece doloroso. Puedes negarte de todas formas y- ¡oye! Tú eres el alfa. Decide.

Pensándolo bien, estaban prisioneros en alguna parte del bosque aprueba de sonido. Nadie con vida podría encontrarles y atravesar la barrera; si lograban salir no querría enfrentarse a la manada con una erección además...¡Era Stiles! Su amigo, casi un hermano no podría ser incómodo. De todas formas, no tenía demasiadas opciones.

Asintió, y Stiles sonrió unos segundos después—Vamos Scotty, podemos hacerlo. Puedes venirte —probablemente eso no debería ponerle cachondo como lo hizo.

Sin escape - ScilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora