Echo de menos su preciosa sonrisa, echo de menos sus bonitos ojos, su beso de las mañanas que hacia mi sonrisa brillar, su olor que nunca se me olvidara e incluso echo de menos sus perdonas, pero ya nada es igual.
- ¿Alfred que haces ahí sentado en el sillón con esa sonrisa en la cara?
- ehh... ¿de que me hablas?
- ¿en quien estabas pensando? (se acerco a Alfred y se sentó a su lado en el sillón) ¿en mi?
- (ay amaix) si en ti.
- ¿seguro? no lo dices muy convencido.
- si, si seguro.
- (lo miro extrañada) bueno, esta bien vamos al salón que ya están todos sentados para cenar.
- vale.
- una cosa.
- ¿Qué?
- no me has dicho lo guapa que estoy hoy.
- estas muy guapa.
- con esa cara me lo dices, parece que has visto a un marciano.
-pues no se como quieres que te lo diga, esta es mi cara.
- bueno déjalo, pero vamos al salón que ya tienen que haber empezado a cenar.Llegaron al salón y Alfred se sentó al lado de Lidia la cena transcurrió de lo mas normal, con alguna que otra indirecta por parte de la madre y la abuela de Lidia hacia Alfred para que le pidiera la mano a Lidia.
Después de la cena, de tomarse las uvas y de llamar a sus conocidos para facilitarles el nuevo año, Alfred se marcho con Lidia al cotillón de Pacha.
- ¿que tal estas Alfred?
- me encuentro un poco extraño e incomodo, pero bien.
- ¿y eso? (con cara de extrañada).
- hay demasiados como tu.
- (miro sorprendida a Alfred y un poco mosqueada) vamos a bailar anda.Los días que quedaban de navidad transcurrieron en la casa de Lidia en Madrid. La mayoría de los días se levantaban tarde, comían, mas tarde se iban de compras, cenaban y de fiesta, sus días en Madrid no variaban mucho