A la mañana siguiente Alfred se levanto, le dolía la cabeza debido a todo lo que había bebido por la noche, antes de desayunar a su madre.
-si???
-mama soy yo
- ay hijo, ¿Cómo estas?
- bien mama. Te tengo que contar algo (estaba muy nervioso)
- ¿Qué? Te noto nervioso
- lo estoy mama.
- ¿y a que vienen esos nervios?
- es que me da miedo como reacciones después de lo que te voy a contar.
- tu tranquilo, cuenta
- ayer me case con Lidia en las vegas
- dios mió Alfred, pero ¿como hiciste eso?
- un ataque de locura mami
- y tanto... ¿Quién estuvo presente en la ceremonia?
-.... Lidia y yo
- ¿nadie más?
- el que nos caso y el fotógrafo
- (estaba bastante sorprendida) ¿solo esas personas?
- si. Bueno de todas maneras cuando vaya a España te llevo las fotos
- de acuerdo, Alfred
- ahh se me olvidaba, no se lo cuentes a nadie. Quiero decir que solo se lo cuentes a la gente más cercana, que no llegue a los periodistas.
- de acuerdo (momentos de silencio) ¿y Lidia?
- sigue dormida
- dale recuerdos de mi parte
- se los daré mama
- adiós hijo
- adiós mama (alguna que otra lagrima rodaba por su mejilla)
Lidia en ese momento se despertaba
- buenos días, Alfred
- buenos días; ¿Qué tal has dormido?
- como nunca, aunque la verdad tengo un poquito de sueño. ¿Con quien hablabas?
- con mi madre, ya se lo he contado
- y le habrás dicho que no se lo diga a nadie.
- si le he dicho eso, que solo se lo contara a la familia más cercana.
- así me gusta, haber si me voy a quedar sin vender la boda
- ¿vas a vender la boda?
- por supuesto, ¿no pensaras que no la iba a vender?
- pertenece a nuestra vida privada. Yo no quiero venderlo
- pues yo si. Además no te preocupes si la que lo voy a vender soy yo
- vale adiós.
Alfred salio de la habitación sin desayunar y pego un portazo. Mientras Lidia llamaba a su madre
- Si? (sonó una voz muy seca)
- hola mami soy yo, vaya voz que tienes.
- Yo??? ¿Cómo tengo la voz?
- de amargada
- no, si yo estoy bien
- bueno da lo mismo. Tengo algo muy importante que contarte y además te va a gustar mucho.
- ¿Qué es, que estas tan feliz?
- Alfred ya es mió, ayer nos casamos en las vegas. Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
- ¿no me digas? Ay dios mió que feliz me haces
- no digas nada a nadie, bueno a la familia si ¡pero que no digan nada! Que voy a vender las fotos de la boda.
- eso esta muy bien hija. Que bien te enseñe, no te puedes quejar
- otra cosa mami. También estoy embarazada pero esto si que no se lo digas a nadie, porque no lo sabe la madre de Alfred. Por cierto también lo voy a vender
- OK, yo sobre el embarazo callada. ¿Fue así como lo convenciste?
- si mami. El problema es que me voy a estropear mi precioso cuerpo
- bueno, pero tienes la vida resuelta. ¿Dónde esta Alfred?
- se ha ido. Supongo que habrá bajado a desayunar
- ah vale bien. Bueno pues dentro de poco te veo en España
- si nos vemos pronto. Adiós
- adiós hija. Ay que feliz soy.
Tras la boda Alfred y Lidia volvieron a Los Ángeles, Alfred un poco enfadado con Lidia por lo de vender la boda. Los días transcurrían Alfred de trabajo y Lidia supuestamente en Los Ángeles. Y Amaia...
Mientras Amaia se encontraba en Barcelona, no estaba bien. Recordaba día tras día aquella noche en aquel baño, sus besos, sus caricias y volvía a volverse loca como se volvió esa noche. Sus días los pasaba en Barcelona y un mes después de la boda entre Alfred y Lidia, Amaia llamo a Alfred.
-¿si?
-Alfred soy yo Amaia (entre lagrimas)
- ¿Qué quieres Amaia? ¿Que te pasa?
- necesito hablar contigo, tengo algo muy importante que decirte (seguía llorando)
- de acuerdo Amaia, escúchame no llores, yo estoy en Miami pero mañana voy a Madrid porque tengo cosas que hacer, ¿quieres quedar pasado mañana?
- si (seguía llorando)
- ¿Dónde estas?
- en Barcelona
- ¿voy para allí?
- no voy yo a Madrid
- vale adiós, nos vemos pasado mañana.
- adiós, besos
- besos. Deja de llorar
Según colgó el teléfono Amaia no pudo reprimir sus lágrimas.