La Ubicua muerte de madame Charlotte

Declaración del huésped que se encontraba en la sala de estar

 Escuche que una voz femenina con acento extranjero (no niego, pero tampoco afirmo, que haya sido la inquilina francesa) deseo buenas noches al recepcionista quien, al poco rato, salio no se a donde, por cuanto no me fije, debido a que estaba leyendo, distraído, el periódico. Luego llego uno de los jóvenes que cargan las maletas.  A los pocos  minutos, se oyó un grito.  Antes, ahora que recuerdo, la señora francesa que se hospedaba en el octavo piso había surgido de los ascensores. Saludo al pasar y se marcho por la puerta principal (al menos, eso creí),se que esta señora se alojaba en el octavo piso porque coincidimos en el ascensor el día siguiente de mi llegada y me refirió a que piso iba, con el fin de que yo oprimiese el botón correspondiente. Posterior al grito y casi de inmediato, el teléfono sonó. El maletero atendió, tras lo cual se puso muy nervioso pero no dijo nada y se fue en un ascensor. (En el momento yo no sabia donde, después me entere que al octavo): Entretanto,yo me levante y,mientras doblaba el periódico para llevármelo al cuarto puesto que no lo había terminado leer y sacudía mis pantalones (me había comido un sándwich), repare en que la dama francesa estaba arreglándose el sombrero en el espejo situado al fondo de la sala de estar. No advertí cuando paso hasta allí y por eso me asuste al verla de improviso.  A continuación, siempre sonriente, avanzo sin detenerse hasta la puerta del hotel.  Al aproximarse a mi me dijo amablemente buenas noches y yo le respondí aun no recuperado de la sorpresa. Segundos mas tarde, entro el encargado de taxi.