Vergil el cazademonios

16 3 0
                                    

Solo me quedaban dos días para irme de Trujillo y volver a mi país, no sabía qué hacer, perder a dos personas en el mismo año fue demasiado fuerte para mí, no pude proteger a Diana y me culpo demasiado por eso, cada dos horas más o menos, me hacia un nuevo corte en el brazo y si ya lo tenía con suficientes cortes me hacia otros en el cuello o en las piernas, así de mal estaba.

-Siempre débil-. Hice un corte al lado de mi cuello-. Siempre arruinando todo-. Hice uno en mi antebrazo que ya estaba repleto de cortes-. Mi padre tenía razón, soy un inútil, sin poder no puedo proteger a nadie-. Finalice con un corte al lado de la costilla.

Mientras miraba como la sangre se resbalaba por mi cuerpo, recordé la disco en donde había conocido a Diana, en ese lugar fue la primera vez en la que me sentí incomodo y sentí un montón de presencias extrañas, analicé la situación mientras me limpiaba la sangre, quizás ese lugar estaba repleto de demonios.

-Tendré que limpiar ese lugar-. Envolví mi brazo derecho en vendas-. Lo hare ahora mismo, cumpliré mi promesa, acabare con todos los demonios que hay en la tierra-. Fruncí el entrecejo, tome la Red Queen y salí de mi habitación, antes de salir mire algo que estaba encima del escritorio, era un collar, llevaba la mitad de un corazón y al lado del collar había una carta.

"Vergil, la verdad, no tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy contigo, te amo demasiado, quizás con esto no baste para demostrártelo, pero quiero que lleves esto como símbolo de nuestra relación, te amo mucho y lleguemos hasta donde Dios quiere que lleguemos."

-" Hasta donde Dios quiere que lleguemos..."-. En ese momento cayo una lagrima de mis ojos que dejo un pequeño punto húmedo en la hoja-. Parece... que Dios no quiso que lleguemos lejos-. Guardé la carta en mi chaqueta y salí de la pieza.

Mis hermanos y primos no se encontraban en casa, fueron a un bar a tomar, como siempre, mi tía estaba durmiendo en su pieza, así que pude salir en la noche sin impedimento alguno. De camino a la disco solo estaba pensando en ella, en los momentos que pasamos juntos y siempre terminaba acordándome de su muerte por ese asqueroso demonio.

-Agh, no tiene sentido que piense en eso-. Cubrí mi rostro con la palma de mi mano-. La prioridad es acabar con esos demonios-. Mire el letrero de la disco, se llamaba, "Music of the devil."-. Eso hora de acabar con esto.

Había una larga cola para entrar, si esperaba estaría como una hora ahí, así que decidí ir directo a la entrada.

-¡Hey!-. Me detuvo el "amigo" de mi hermano que era el guardia de la disco-. ¿A dónde crees que vas?

- ¿No es obvio?-. Retire su mano de mi hombro-. Voy a entrar a la disco, no estoy dispuesto a esperar-. Me acerque a la puerta dándole la espalda al guardia.

-Ni creas que te dejare pasar-. Me agarro de la chaqueta y me acerco a él, preparo su puño para golpearme, pero vio mi rostro lleno de furia y se quedó paralizado.

-Suéltame, idiota-. Aprete fuertemente su mano, lo solté y me dejo pasar.

Me adentré a la disco y volví a sentir un montón de presencias. La pista de baile estaba llena de gente, me iba a costar diferenciar entre quienes eran humanos y demonios, ya que los demonios se podían camuflar en formas humanas.

-Esto no será fácil-. Busque un lugar para sentarme, tome una copa de un tipo que estaba repartiendo para la gente-. Vodka con Pisco, que rico-. Tome a fondo.

-Es un trago exquisito-. Dijo una voz.

-¿Mmm...?-. Había un tipo sentado al lado mío-. ¿Tú quién eres? -. Deje la copa en la mesa.

-Solo un visitante, llevo años viniendo a esta disco, es una de las mejores de todo Trujillo-. Dio un sorbo a su trago-. Ah, y me llamo Marco-. Extendió su mano para saludarme.

Vergil MillerWhere stories live. Discover now