Derek estuvo en silencio toda la mañana. Estuvo menos vocal, si ya de por sí, él evitaba comunicarse con palabras, después de ese terrible sueño incluso dejo de emitir sonidos. Si no lo conociera diría que estábamos frente ante un grave caso de mutismo selectivo. A raíz de esa horrorosa pesadilla Derek se hizo más dependiente, era como un mal recordatorio de todo lo malo que le había sucedido en su vida. Derek me permitió llevarlo a todas partes de la cabaña en mis brazos, sin una solo queja; escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello o apoyando su cabeza en mi hombro. Cuando estaba caminando se pegaba a mi como un cachorrito siguiendo a su madre, la única ocasión que me escape de la habitación sin que él lo notara, su expresión de terror en su cara cuando corrió hacia mí, fue suficiente para que me arrepintiera de haberme ido. Tardo más de una hora en calmarse.
Derek se acercó a mí voluntariamente. Solo quería que lo sostuviera, que lo consolara. Me senté en el sillón, que había hecho que Peter colocara en el rincón de la habitación de mi pequeño lobo. Me senté con él en mis brazos meciéndolo de un lado a otro mientras frotaba suavemente su espalda. -¿Qué dices, si bajamos a la cocina y comemos un poco de helado? –le pregunte en voz baja, tratando de persuadirlo. Derek asintió y se froto los ojos. Sin embargo unas pocas lágrimas aun rodaban por sus mejillas.
Me puse de pie con Derek en mis brazos, bajamos las escaleras y lo lleve a la cocina. No dije nada mientras lo sentaba en un taburete alto. -¿Qué pasó, chico dulce? –le pregunto Cora a su hermano dulcemente entrando a la habitación, mientras retiraba un fleco del cabello negro de su cara. Derek negó con la cabeza y me miro. Ella no dijo nada, simplemente se volvió hacia mí en busca de una explicación. Yo negué frenéticamente, sin tener idea de que hacer. Cora abrazo a su hermano por detrás por tiempo indefinido mientras yo buscaba su plato y cuchara favoritos.
-¿Qué tipo de helado quieres, trocitos de chocolate o galletas con crema? –le pregunte a mi pequeño lobo moviéndome hacia el refrigerador con su plato hondo de Superman. Derek frunció el ceño, como si pudiera ver lo que estaba tratando de hacer, como si pudiera ver el truco pero de todos modos respondió. –Trocitos de chocolate. –me contesto con la vocecita más linda y con un puchero. Me dedique a servirle un pequeño tazón de helado mientras escondía el hecho de que lo encontraba absolutamente adorable y luego lo acerque a la barra.
-¿Quieres que papá te alimente, o quieres hacerlo tú? –le pregunte tranquilamente con un pequeña sonrisa, sentándome a su lado. Él sabía que estaba tratando de sacar más palabras de esa linda boca. Derek me miro debajo de sus pestañas, antes de frotarse los ojos y señalarme a mí. No dude en hacer lo que mi pequeño lobo quería, estaba extasiado de que me permitiera brindarle esta comodidad. Me acerque más a él y comencé a darle su helado a cucharaditas. Los tres permanecimos en un cómodo silencio disfrutando de la compañía.
Pensé que Derek se animaría un poco después de comer helado, pero se quedó allí sentado sin decir una palabra, parecía perdido. Sentí como se me rompía el corazón en pedacitos. -¿Puedes abrazarme? –me suplico después de un tiempo con los ojos más tristes que haya visto en mi vida. Asentí sin decir nada, me levante de mi asiento y me acerque a él acunándolo en mis brazos. Derek envolvió sus brazos alrededor de mi cuello mientras lo llevaba a la sala de estar. Me senté en el sofá más grande y frote su espalda, mientras que con mi mano libre les indique a Cora y Peter que se acercaran, pidiéndole a ella que me trajera el chupete.
Sin decir una palabra ambos siguieron mis indicaciones, Cora subió al cuarto por el chupón y Peter se acercó a nosotros, Peter me sorprendió cuando presiono un suave beso en la parte posterior de la cabeza de mi pequeño lobo antes de sentarse a mi lado pegándose a mi costado y pasando su mano en un gesto reconfortante en el cuello de su sobrino. Cora me entrego lo pedido y se sentó al otro lado, para dar y tener consuelo con nuestra pequeña pila de cachorros. -¿Quieres tu chupete? –le pregunte suavemente en su oído. Derek asintió y separo un poco sus labios para mí, lentamente metí el chupón en su boca y lo observe mientras comenzaba a chuparlo.
Poco después mi pequeño cavo su cara en el hueco entre mi hombro y mi cuello, y se aferró a mi camisa. Me recline un poco sobre Peter para que estuviéramos más cómodos y Cora puso su cabeza en el regazo de Derek; después de quince minutos en esta posición Derek estaba profundamente dormido. Me senté ahí y solo seguí frotando su espalda en movimientos circulares.
Solo estaba tratando de disfrutar este momento con Derek, antes de que el tuviera que volver a ser Derek Hale, hombre lobo nacido y casi indestructible e intocable. Me preocupaba que las cosas nunca fueran así entre nosotros, nunca más. Cora levanto su cabeza. –Stiles ¿Quieres ponerlo en su cama? –me pregunto en un leve susurro. Negué firmemente con la cabeza. –Quiero abrazarlo, no sé con qué frecuencia voy a poder tener esto con él o cuantas veces me lo permitirá. –le respondí sinceramente con una triste sonrisa. Ella simplemente asintió y volvió a su posición original.
-Debería haber esperado esto. –murmure finalmente frustrado, cuando ya no pude contenerlo más. Por supuesto que lo que sucedió fue traumático para Derek, tal vez no al nivel de todos sus otros traumas pero debería haberlo sabido, y solo porque Derek hubiera accedido a dejar de esconderse, no significaba que el trauma hubiera desaparecido. Sentí que había retrocedido en lo poco que habíamos progresado y me sentía fatal por ello. De inmediato Peter y Cora voltearon a verme sorprendidos.
-No es tu culpa. –me contrarresto Cora con suavidad. –El subconsciente es una cosa poderosa, y Derek es vulnerable en este momento. Incluso como un hombre, él fue muy bueno reprimiendo todo y guardándolo dentro de sí mismo, incluso entonces aun tenia pesadillas. Al menos ahora te tiene a ti para consolarlo. –dijo ella fervientemente mirándome a los ojos. Peter no dijo nada simplemente se acercó más a nosotros, mientras Cora se sentaba nuevamente y comenzaba a masajear los pies de su hermano en su regazo. Tenerlos aquí, mostrando su apoyo a Derek y a mí me hacía sentir cálido por dentro, como no me había sentido desde la muerte de mi madre. De cierto modo nos convertimos en una familia, nos convertimos en manada...
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Entonces, este capitulo es super cortito pero es super dulce y no quise agregarle más. Me gusta calidad y espero les guste tanto como a mí, si recibe muchos comentarios publico el viernes la próxima actualización. Muchas gracias por leer, Saludos y besitos de chocolate...
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Pequeño Lobo
RomanceTodo lo que Derek quería, es un día en el que puede dormir sin preocuparse de ser despertado por los balazos o los rugidos de una nueva bestia salvaje. Sin la amenaza de la muerte colgando sobre su cabeza. Quiere tener el estómago lleno y sin el dol...