El Bar: Capítulo I

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Era una noche como cualquier otra, había salido del trabajo tarde porque mi jefe que me había puesto a resolver el papeleo que él no pudo finalizar en el día, como hace en muchas de las ocasiones. En el trabajo siempre se aprovecharon de mi intelecto, no es que sea agrandado sobre mis conocimientos sobre la administración de una empresa, mas que nada en finanzas, pero siempre me gusto la parte administrativa desde que era solo un pequeño niño. Recuerdo muy bien cuando organizaba mis juguetes en escala de tonalidades, ya que no sabía el abecedario, sino, era capaz de realizarlo de esa manera. Ya pueden imaginar como fue mi vida de "emocionante" para los demás, juntando nombres a lo loco por los abusos que recibía hasta llegar a mi graduación, pero incluso en la universidad, un lugar que pensaba que iba a ser todo distinto, seguían los abusos de los mas fuertes y deportivos del establecimiento.

No puedo olvidar de Jhon Rustinsky, el favorito de las chicas de la universidad, forzudo y encima era el capitán del equipo de fútbol, creo que algunos de llaman rugbi o fútbol americano...

Lo deseaban muchas y como podrán imaginar, yo no era fan del deporte la verdad, lo mío era la administración además del estudio, yo era el típico chico flacucho, con anteojos y en ese entonces con brackets. El mejor objetivo para los brabucones.

Toda mi vida fue el trabajo, ya que por mi apariencia y mis fuertes ganas de poder ejercitarme, estaba solo en casa, hasta tarde incluso, con la computadora haciendo cualquier trabajo que me quedara pendiente o que pudiera adelantar sin ningún problema, pero incluso la noche me pesaba sobre los hombros como si fuera alguno de mis compañeros viniendo a mi escritorio pidiendo ayuda sobre alguna clasificación que deberían de haber realizado y que no hicieron por salir con su PAREJA, no es que me enoje esa palabra, y que por eso levante mi tono de voz, pero algunos deberían de trabajar y no estar como vagos hasta el último momento y depender de alguna persona. Puede ser que yo también quiera ayudarlos y no decir las palabras mágicas, "NO, HACELO TÚ". Pero yo soy una de esas personas que les gusta ayudar a tal punto que resulta muy enfermizo.

Pero bueno, asi es mi vida, enfermiza y organizada a un punto que una chica logro verme a los ojos sin burlarse de mi apariencia o por mis comportamientos "raros". Pero no duro mucho, ya que como fue siempre, un hombre mas se queda con el amor que tenía. Puede ser que sea por mis comportamientos, pero no lo creo, solo estaba trabajando para poder conseguir todo lo que quería, una felicidad que intentaba llegar para demostrarle todo el amor que podía sentir por ella. Pero todo lo bueno se va, eso lo aprendí por las malas, llegando una noche a mi casa y encontrarme el departamento vacío. 

Ese vacío me fue consumiendo cada vez mas, y sin notarlo una de las noches llegué a un bar solo para ver por la ventana mientras leía todas las noches en ese rincón, un lugar alejado de mi zona de confort pero me sentía seguro y sereno al ver por aquella ventana cristalina enfocada hacia el puente de las vías del tren. 

Una de las noches, una de las mas oscuras que recuerdo, por el simple hecho de la falta de luz, empecé a tomar por el vacío que me perseguía, una noche no paso nada, pero así seguí hasta pasar 1 año. Mi concentración empezó a desaparecer, mi interés por la responsabilidad fue también desapareciendo, como así mis ganas de seguir. Pero aquella criatura apareció del otro lado de la ventana una de las noches mas fías del invierno incluyendo la lluvia; una combinación perfecta para estar tomando como hacía todas las noches; una criatura negra, con ojos rojos que sentía que me recorrían el alma, me hacían recordar a Mikaela, aquella pareja que había tenido. La criatura empezaba a crecer, lo notaba, estaba paralizado observándola, sintiendo la el abrigo de los abrazos de Mika, junto a aquella felicidad que me me daba. Pero, de un segundo a otro, mis lágrimas caen al chocar con la soledad que me produjo su partida, carcomiendo mi mente de a poco hasta sentir que mi alma se desgarraba generándome un temor a estar en la soledad eterna. Sin pensarlo salí de aquel bar corriendo, sin dejar la paga. Corrí como nunca había corrido hasta la estación del tren donde justo la puerta me esperaba abierta y sin dudarlo salté para estar a salvo, y seguido de ello suena la chicharra junto a la puerta cerrádose. Me reincorporé y observé por la la ventana de la puerta solo para ver a aquella criatura en la oscuridad observando, al segundo sentí un leve escalofrío como si me hubiera sonreído con algún pensamiento maligno hacia mi persona.

Al llegar al departamento cerré rápidamente las puertas y encendí todas las luces, al menos alguna pequeña para que no molestara a nadie del exterior. Me fue a duchar después de revisar cada ventana y cerrojo del departamento para sentirme seguro, pero lo único que hice fue quedarme en la bañera completamente llena y sentado abrazándome las rodillas recordando a la criatura que me estuvo observando, aún podía sentir su mirada clavada en mi como la de un depredador a su próxima víctima. Pero después de unos minutos levanto la mirada y me vienen los recuerdos de mi ex-pareja, junto a unas lágrimas de felicidad seguido a la soledad que nunca me abandona. pero con una sonrisa en mi rostro.  

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2020 ⏰

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