Todavía mis lágrimas
Visten los lirios tenues,
Taciturnos,
Ya marchitos
Que vigilan con celo
Sus restos bajo el piso.
Temblé de pavor
Cuando de repente
De entre los muertos volvió
Solo fue un espejismo
Algo más que la Nada
¡Lorenzo,Lorenzo!
¿Dónde andabas?
Más que vivo pero a la muerte
en sus brazos llevaba
Eran dos sables siniestros
Desgarradores de almas.
Parecía ser él
Eran los mismos ojos
La misma cara,
No fue así
Con su mirada
Entonces era cierto
Él para mí
Seguía muerto.