La primavera viene cada año brindándonos el renacimiento de los árboles de hoja caduca y de las demás plantas a las que el invierno les arrebató la vitalidad. Los humanos somos como la naturaleza, empezamos nuestra vida como la genial primavera y la acabamos como el gélido invierno. Todo fluye en forma circular, significando esto, que fluyen infinitamente.
Muchos fenómenos tienen una explicación clara para que nuestra inútil mente sea capaz de comprender lo que no nos entra por la cabeza, pero, ¿acaso es todo explicable?. Varias preguntas pueden ser dotadas por una respuesta que concuerde, sin embargo, ¿por qué nacemos?
Todo tiene que tener algo de sentido, ¿no?. Cuando comenzamos nuestro ciclo somos como frutas recién salidas de su árbol autóctono, somos algo nuevo, somos hojas recién salidas en un árbol o simplemente unas rosas frescas recién arrancadas de su rosal.
Este fenómeno se codea con términos como el del alma pura o el de la purificación personificada, este fenómeno es nacer.