Parece mentira que haya pasado ya un año... Me digno y a la vez me atrevo a ver los videos del pasado, unos videos sobre mi vida que parece que nunca hayan ocurrido. Tal sobredosis de realidad me echa al suelo y me hace estallar a llorar. Pensamos que somos fuertes y que lo superamos todo, lo que no sabemos es que las cicatrices son capaces de abrirse de nuevo y soltar lo supuestamente superado.
Todo lo que nos rodeaba parece nunca habernos rodeado antes, el fin de una etapa llegó y empezó repentinamente la otra, fuimos nosotros mismos los que nos condenamos a caer en una espiral de negativismo y tristeza. Mas no le atribuyamos nuestra situación a otros porque nosotros y nuestra conciencia somos los únicos culpables de ella.
Ese sentimiento que nos invade, ese que nos hace recordar cosas que parecían nunca haber sido vividas por nosotros y ese que nos vuelve a abrir las heridas para aprender por nosotros mismos a cerrarlas es la nostalgia.