Capitulo 2

48 3 5
                                    

Tras sonar la sirena, me llego a mi taquilla, y como siempre estaba Sarah, esperando para gastarme una de sus bromas, pero necesitaba urgente ir a mi taquilla y lo arriesgué todo a una sola carta.

-Hola Tamara- tenía una mirada oscura y repugnante, por no hablar de esa sonrisa maligna tan de ella misma.

-Hola- respondí en tono frío sin ni siquiera mirarla.

-CHICOS!!-de repente un grupo de niñatos/chulos playa me tiraron la salsa de tomate de los macarrones habían hoy para el almuerzo.

- Sois imbéciles, pero quienes os creéis para ir haciendo la vida imposible a la gente. Ya me tenéis harta y sobre todo tu Sarah eres una completa asquerosa y como sigas haciendo este tipo de cosas vas a acabar sola, o es que te crees que con chicos como estos vas a pasar los días de tu vida, anda y abre los ojos - Ahora mismo me sentía la chica mas libre del mundo, les había dicho todo en menos de un minuto.

Todo el mundo me miraba asombrado porque tras los últimos tres años algunos incluso pensaban que era muda o ni siquiera sabían de mi existencia.

De repente Jace, un chico que estaba en mi antigua clase de química, se adelanto y empezó ayudarme a recoger los libros que ni me había dado cuenta de que se me habían caído al suelo. Me desconcertó que fuera él el que me ayudara pues casi siempre iba a lo suyo como un fantasmita por todo el instituto.

Era bastante mono y sus ojos verdes lo decían todo, su pelo era castaño y al sonreír, que por cierto no lo hacía a menudo, se le macaran unos hoyuelos bastante bonitos para mi. La verdad es que el chaval no está mal, pero siempre anda solo exceptuando los sábados que va al conservatorio a tocar el chelo.

-Menuda le has montado a Sarah- dijo riendo bastante incredulo.- Lo tenía muy bien merecido por reirse tanto de todo el mundo.

-Si bueno ya me soltó la gota que colmaba el vaso y si no lo decía explotaba- tras decir eso el y yo justo al acabar la frase empezamos a reír.

-Bueno se va haciendo tarde- dijo mientras me devolvía mis libros.

Al darme los libros nuestras manos torpemente rozaron y tanto el como yo inmediatamente nos miramos extrañados y con la mirada llena de secretos que ni siquiera nosotros mismo sabíamos que existían. Enseguida me devolvió los libros y de repente había desaparecido. Fue un momento raro, pero fue tan corto que tras ver a Zayn, se me olvido de la cabeza por completo.

-¿Qué te ha pasado?- dijo horrorizado tras verme llena de tomate.

- Ah esto- dije señalándome la ropa- La preciosa y encantadora Sarah hoy me trajo una sorpresita de lo más bonita- al decirlo puse una sonrisa tan irónica que no hicieron falta más explicaciones.

-Señorita diminutivos, hoy usted si que esta realmente bonita- me hizo una reverencia y se echó a reír.

-Ja ja, ¿Y tú desde cuando haces monólogos si se puede saber?- No pude evitarlo pero me hizo una mirada de arrepentimiento tan falsa que no me quedo otra que reírme con él.

- Desde que te conocí y te mire a los ojos pensé, joder necesito sacarle una sonrisa a esa chica, y ahora me dedico a eso - se me quedo mirando a los ojos y esbozó una gran sonrisa.

Cuando aparto la mirada le pegué un leve golpe en el hombro con el puño y me eché a reír, el al principio me miró extrañado ante mi reacción y después se puso a reír moviendo la cabeza a modo de desaprobación.

De camino a casa me volví a acordar de Jace, el momento en el que me ayudo y nuestras manos rozaron fue de lo más parecido a las películas empalagosas que a mi madre le fascina ver todos los fines de semana.

Ahora que lo pienso Jace en cierto modo es bastante parecido a mí solo que el era guapo y yo no. Yo era mas bien un intento de chica normal acabada en eso "rara" no me gusta decirme eso pero de alguna forma era, es y será la verdad.

Después justo enfrente de mi puerta encontré un bebé pato muy pequeño solo y haciendo unos ruidos muy desesperantes pero que a la misma vez te hacían conmoverte aun más de ese pobre y solito patito. Supuse que era del estanque de patos de mi vecina Karin en el cual entraba quien quisiera a visitar los patos y los peces de allí.
Decidí llevarlo allí para que dejara de estar triste y se reuniera con los demás patos.

Justo cuando llegué dejé el patito en el suelo y no quería irse con los demás patos que se encontraban cerca de donde lo había dejado, el patito no paraba de mirarme y graznar y yo con los oídos tapados no paraba de decirle al patito que se fuera de una vez con el resto de los patos y me dejara en paz de una maldita vez.

- Dios mio, pero quien tenemos aquí peleando con un pobre patito.

Al girarme me dí cuenta da que era Zayn, desde luego que este chico debe de tener súper poderes o algo y aparece donde menos te lo esperes

- No me hace ni puto caso, estoy hasta las narices de este patito del demonio.

- Relajate un poco, es un simple patito- se agachó y cogió el patito y lo dejo justo al lado de de los patitos que a su vez salieron corriendo tras verlo ir hacia ellos.

Ver aquella estampa fue precioso aunque a la vez me sentía de lo más malo del mundo ya que yo no había sido capaz de haber hecho eso.

Luego él se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla.

- Anda te acompaño a tu casa loca de los patos.

Yo no podía parar se mirarle perpleja del beso que me había plantado en la mejilla.

- ¿Porque me miras así? Estás como un tomate.- justo después se echó a reír-

Me sentí fatal, aunque yo no sabía porque. Él simplemente me había dando un simple beso de amigos. ¿Pero y si yo esperaba algo más? ¿Quizás este enamorada? Yo no entendía nada de lo que pasaba entre mi corazón y mi mente.

- Eres un idiota- Salí corriendo como si no hubiera un mañana y cuando llegué a mi casa subí corriendo a mi cuarto me tape la cabeza con la almohada a llorar

No podía creer lo que acababa de pasarme, definitivamente tengo miedo no, sino pánico, ¿Me había enamorado? Pero que dices Tamara solo llevas hablando con él unos días.
_________________________________

Siento haber tardado tanto en continuar la historia prometo de verdad seguirla muy muy pronto.

Besos con sabor a terciopelo. ~ Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora