No.

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No dejes que nos convirtamos en un puto recuerdo, que las sonrisas, los juegos, las tonterías y las carcajadas las pongamos en el cajón y las olvidemos entre el polvo.

No quiero que los mensajes tiernos buenos días y de buenas noches se conviertan en respuestas automáticas desgastadas, que el cansancio y la rutina hablen por los dos.

No dejes de decirme cuánto chingados te gusto, no dejes de recordarme que no deseas a nadie más en tu vida, que te sacaste la cabrona lotería conmigo y que no figura dentro de tus planes perderme.

No permitas que el trabajo y las ocupaciones te hagan dejar de mandar poemas o dedicarme canciones, que se extingan los pequeños detalles entre nosotros y los cambiemos por jodida indiferencia.

No descuides lo que hemos construido, lo que nos ha costado tanto, esas largas llamadas telefónicas en la madrugada que nos pusieron en este momento, que nos enamoraron e hicieron parecer esto parte de un amarre, embrujo o toloache.

No dejes que pasemos, que se marchite la paciencia entre nosotros, que perdamos las coordenadas de la felicidad, y si eso pasa, ojalá que las ganas de arreglarnos siempre sean más que las ganas de botarnos y encontrar otros labios.

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⏰ Última actualización: May 14, 2019 ⏰

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