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Cuando estaba terminando el me dijo algo: 

Suga: Tu, mi amiga, eres una estúpida -sonaba como si hubiese estado drogado.

Tu: Y tu un imbécil. Pero no te lo digo cada vez que puedo -le dije seria.

Suspire. Suga parecía estar mas calmado, pero sus ojos aún seguían rojos, eso no me asustaba, pero si me preocupaba el hecho de que si se seguía moviendo así de bruscamente, su herida no estaría tan "bien". Lo ayude a que se pusiera de pie y lo ayude a caminar hasta la habitación mas cercana, se estaba haciendo de noche, y él necesitaría descansar.

Lo recosté en la cama. Hacía calor así que no lo cobije.

Me tome unas pastillas para el dolor de la muñeca, pero sabía que tendría que ir al doctor, o si no tendría que esperar lo peor para mi mano.

Volví a la habitación. Me acerque a Suga. Levanto su mano para tocar el lugar en donde estaba su herida, puso su mano sobre las vendas, y para mi sorpresa no se hizo daño.

Me recosté a su lado. El me miro, sus ojos seguían rojos, pero no se comportaba como "esa" persona, no se comportaba como "el". Mas bien parecía ser el Suga de siempre, pero sin el color de sus ojos. 

Sonrió levemente y cerro lentamente los ojos. No los volvió a abrir en toda la noche.

Me desperté lentamente. Apenas y podía creer que ayer, el Suga el de los ojos rojos me había sonreído aunque se un poco. Lo mire, el ya estaba despierto, me estaba mirando, sus ojos habían vuelto a su color normal.

Suga: Gracias ____________ -dijo en susurro

Sonreí, vi que intento levantarse pero no pudo por el dolor que sentía en el estómago.

Tu: Suga... -empecé a decir, ahora si podía convencerlo- Tenemos que llevarte a un hospital. Puede ser que todavía estés mal, tenemos que ir a que te revisen -dije poniéndome de pie.

El asintió levemente. Lo ayude a levantarse. Caminamos hasta la puerta.

Tu: Creo que primero deberíamos ponerte una camisa -dije sonriendo. El se quedo parado recargado en la pared, subí a una de las habitaciones, y abrí el ropero, saque una camisa negras. Era de mi padre así que le quedaría bien a Suga.

Baje las escaleras y le dije:

Tu: Levanta los brazos.

Suga: Yo puedo hacerlo solo -dijo mientras tomaba la camisa. Pero yo se la volví a quitar.

Tu: Oh vamos, déjame hacerlo.


El Psicópata (suga y tu)[adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora