Capítulo I El Reencuentro

42 0 0
                                    

Capitulo 1  EL Reencuentro

Estoy muy nerviosa, me invitaron a una fiesta de reunión de mis antiguos compañeros de prepa, yo no quería ir, pero Grettel me dijo que fuera y acepté aunque, en el fondo, creo que la razón por la cual acepte ir, fue para volver a ver a Marlem, ella y yo llegamos a salir un tiempo, pero éramos muy chicas como para entender esto del amor, sin embargo, no logro entender por qué aún me pongo nerviosa al pensar en ella y para el colmo, o más bien para mi fortuna, Alejandra organizó un previo encuentro entre ella, Marlem y yo, hasta creó un grupo en WhatsApp, solo con nosotras tres y está bien, así conseguí el número de Marlem, anteriormente ya habíamos estado  en otro grupo de WhatsApp, cuando  fue el cumpleaños de Alejandra,  pero Marlem se salió y no alcancé a guardar  su número, pero ahora ya lo tengo, aunque no le he escrito ni nada, pero tampoco ella a mí, supongo que ella ya no siente nada por mí y está bien, o al menos eso creo, en fin; quedamos en que hoy iríamos a tomar un café, hablaríamos de cómo creemos que va a ser la fiesta e iríamos a comprar ropa para el evento.
Voy en camino para el punto de reunión, mi corazón está latiendo cada vez más rápido y siento que mis manos están empezando a sudar, que nervios.
He llegado al punto de reunión, nueve en punto de la mañana, y ninguna de ellas ha llegado aún, yo y mi “mal hábito” de ser puntual, voy a dar una vuelta mientras llegan, espero que Alejandra llegue primero, no quiero estar a solas con Marlem, no me siento lista.
Estoy dentro de un supermercado, cuando de pronto suena mi teléfono, Dios mío, es Marlem, ¿Qué hago?
-¿Bueno?
-¿Valeria? Soy Alejandra, Marlem y yo ya llegamos, ¿dónde estás?
-Entré al súper mientras llegaban, voy para allá.
-Sí, aquí te esperamos, bye.
Demonios, creí que sería Marlem quién me hablaría, pero bueno entiendo que no quiera hablar conmigo, salimos hace mucho y no funcionó, aparte, ella varias veces me pidió que volviéramos y yo le dije que no, pero no hay problema, de todas formas ahorita nos vamos a ver, aunque me pregunto si ella se sentirá como yo.
Listo, voy llegando al lugar, ya las vi, que nervios.
-Hola,-les digo.
-Hola,- me dice Alejandra feliz.
Marlem y yo nos saludamos de beso y con un poco de nerviosismo.
-Hola.
-Hola.
-Y, ¿a dónde quieren ir?, les pregunto.
-Hay que ir a desayunar primero, ¿no?- dice Alejandra.
-Si, ¿a dónde quieren ir?- les pregunto.
Marlem casi no habla. Supongo que está nerviosa igual que yo.
-Hay que ir por un café. - Por fin habla  Marlem.
-¿Ya hay cafeterías abiertas a esta hora? -Pregunta Alejandra.
-Déjenme checo en internet. -Les digo para tratar de impresionar.
-Pues a esta hora está abierto el café punta del cielo y según Google maps está a dos cuadras de aquí, también hay una cocina económica que está más o menos a la misma distancia, pero en dirección contraria.
-Pues hay que ir al café, ¿no?. -Dice Marlem.
-Ok, - les digo, -vamos para allá.
Caminamos las dos cuadras y cuando llegamos nos damos cuenta de que está cerrado, me mintió internet.
-Y ahora, ¿a dónde vamos?
-Miren, ahí se ve que venden comida, ¿qué les parece si vamos allá?. -Alejandra dice.
-Está bien.
Nos dirigimos al lugar, nos sentamos en una de las mesas y nos llevan la carta.
-Buenos días señoritas, les dejo la carta, en un momento les tomo su orden.
-Sí, muchas gracias.
No lográbamos decidirnos, pero al final, las tres pedimos enchiladas.
Estuvimos platicando de tantas cosas, al final terminamos y fuimos de compras.
Estoy muy cansada, nunca he sido fan de ir de compras, siempre me tardo mucho en elegir y creo que ya se hartaron de que no puedo elegir, pero es solo que la ropa formal nunca me ha gustado mucho que digamos.
¡Listo! Después de un rato al fin pudimos comprar algo, ahora vamos a comprar esmalte de uñas, a mí no me gusta, pero está bien, lo hago por ellas.
Estamos en la tienda y ellas están tratando de convencerme de que me maquille ese día, pero no me gusta.
Alejandra está eligiendo un rímel y Marlem y yo estamos en el pasillo de atrás, ella me habla de su escuela, de que se cambió de carrera y de sus compañeras; me pide permiso para probar un poco de maquillaje en mi cara y le digo que no.
-Vamos, nada más es poquito.
Yo acepto y me pone el maquillaje, wow, está tocando mi rostro, siento que mis piernas se quedaron sin fuerza y siento un cosquilleo en mi estómago.
Terminamos de comprar todo, Marlem se tiene que ir a su trabajo, pero antes me acompañan a tomar mi camión, nos despedimos, yo tomo mi camión para ir a casa y yo... No puedo dejar de pensar en ella.

Mi viejo gran nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora