Parte II

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Al llegar Javier a su casa se dirige a su recamara dejando sus cosas en el lugar correspondiente, al terminar se mete a bañar para quitarse todo resto de cloro de la alberca en la que había entrado antes de conocer a Claudia. Mientras el agua recorre su cuerpo piensa en su encuentro de esa tarde. ¿Le llamo? ¿Y si está ocupada? ¿Y si no me contesta? Basta, Javier, llámale. Al terminar sale y se viste rápido. Se sienta en la esquina de la cama, pensativo, con el teléfono jugando en una mano mientras en la otra tenía el papel que le había entregado Claudia.

Se decide y marca el número. Suena y nadie contesta. Puede que este ocupada mejor en un rato más le marco.

-¡Javier! ¿Estás ahí?- Desde abajo se escuchó la voz que le hablaba.

-¡Si mamá, ya bajo!- Deja el teléfono en la cama y baja rápidamente a recibir a su madre dándole un beso en la mejilla.

-¿Cómo te fue el día de hoy?- Era la misma pregunta que su madre le hacia todos los días y a pesar de que la respuesta fuera diferente, ella no contestaba como a Javier le hubiera gustado escuchar algún día a su madre.

-Bien, hoy conocí a alguien en el balneario al que fui por la tarde- Emocionado por recordar el momento.

-Que bien, me voy a dormir que hoy fue un día muy cansado- Con el mismo desinterés que siempre mostraba ante su hijo.

-Está bien, que descanses-

-Sí, si-

Regresa a su recamara y desde la puerta mira su teléfono, al acercase lo toma mirando que tiene una llamada perdida del número que le había dado Claudia. ¿Si habrá sido ella? Marca de nuevo, suena y nadie contesta. Así otras cuatro veces más y nada, nadie contesta ¿Por qué me habrá marcado y ahora no me contesta? A lo mejor no tiene el mismo interés en mi como yo en ella. Basta de pensar tanto. Mañana será otro día, podrás marcarle y ella te contestara con esa tímida voz que tiene. Su hermosa y tímida voz.

Entra a su cama, tan solo dando vueltas en ella sin poder conciliar el sueño por el recuerdo de Claudia, por cada minuto a su lado, cada contacto visual, cada palabra y cada mirada le gusto de ella. 

Así estuvo hasta las tres de la mañana que fue el momento en el que pudo conciliar el sueño pensado. Pronto la volverás a ver. Y cerró los ojos

        ***

Son las seis de la mañana, hora en la que acostumbraba despertar Claudia aun fuera fines de semana o vacaciones. Al despertar cree que lo sucedido la noche anterior fue solo un sueño pero empieza a sentir un ardor en su mejilla izquierda, la intenta tocar quitándola de inmediato por el dolor que le produjo el simple roce de sus dedos en ella. 

Va al baño mirando que esta hinchada y enrojecida aun. Sale y se sienta en su cama tocándola de nuevo recordando el golpe y que también ahí fue donde le dio el beso Javier, se le dibuja una leve sonrisa recordando cada momento con él. Entonces cae en la cuenta de que ya hora de hacer sus deberes, se levanta tendiendo su cama, sale de su cuarto, baja las escaleras deteniéndose en el ultimo escalón, mira a su alrededor, sus padres tenían un gusto minimalista en la decoración de su casa, era lo único que le agradaba de ellos, la sala se encontraba a su izquierda mientras que la cocina y el comedor estaban a su derecha. Mira la sala. Solo es polvo, no tardare. Va al comedor no había nada sobre él y las sillas estaban acomodadas como el día anterior. Se dirige a la cocina y lo único sucio eran los trates que estaban del día anterior. Ocho de la mañana ya estaba todo limpio y libre de polvo, estaba preparando el desayuno cuando escucha unas pisadas del piso de arriba, era su madre que bajaba a zancadas para anunciar su presencia.

Gracias a ti. urm.Where stories live. Discover now