Miércoles, 15 de Mayo; 2019.

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Hoy, 19:27 Pm.
Sentí la necesidad de escribir sobre mí, sobre mis penas, mis martirizamientos, etc.

No espero que alguien lea esto. Por primera vez, no estoy esperando algo.

No me encuentro bien. No estoy sorprendido, todos los días son así. No hay ningún día en que mi corazón y mi alma, se ahogen en vacío.

No creo que alguien se imagine lo cansado que es estar sufriendo por amor, si, por amor todo el tiempo y siempre por la misma persona. Soy jodidamente increíble.

Más de tres años envuelto en un mundo de martirizamiento conmigo mismo. La mayoría por ella y no tenerla aquí. Conmigo.

El amor es algo tan hermoso y odioso a la vez.

Es tan hermoso, cuando tienes a alguien que te quiera, que realmente te lo demuestre. Ya sea tu familia, amigos o lo que yo más deseo, enamorada, pero, es odioso cuando no dispones del querer de nadie.

No digo que mi familia no me quiera, estoy seguro de que si, así yo como a ellos..

Mierda. No sé por qué cuento esto como si estuviera escribiendo una maldita historia juvenil de romance trágico; como si alguien va a leer esto.

Hoy, no me encuentro bien, porque la vaga oportunidad que me dió el amor de mi vida, la regue por pedirle fotos desnudas cuando se acababa de enterar de que su abuela, creo que de parte de madre, tiene cáncer terminal.

Soy una mierda sin tacto e irónicamente me considero la persona más honrada, leal. Buena persona en si, pero con este defecto sexual que tengo de pensar constantemente en sexo, me deja fuera de banda.

Hasta yo siento vergüenza de mi mismo.

Aunque no pueda parar de repetirme lo mucho que la amo, soy tan idiota para pedirte eso. De verdad desearía no ser así.

Odio sentirme solo, no hablo con nadie, más que con compañeros de trabajo y eso que es por trabajo. De ahí, más nada.

Este sentimiento de soledad me ha llevado todos estos últimos años y convivir con ello, es jodidamente feo.

«¡Ya vete de mi, por favor!»

Amada mía, realmente lo lamento. Desperdicie la única vaga oportunidad que intentaste darme.
Me duele extrañarte y pensarte todo el tiempo, todo el maldito tiempo.
Después del trabajo, llego es a hundirme en mi miseria y soledad y tu desinterés me clava por completo.

Eligeme a mi, por favor.
Emilio J.

Diario del olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora