Era la tercera botella de aguardiente que pedían, los jueves en el Pub había barra libre, podían tomar todo el licor que quisieran, los hombres pagaban 20.000 pesos y las mujeres entraban gratis, era una fuente inagotable de mujeres y fiesta. Facundo y el gordo iban casi cada semana. Cuando daban las 12 de la noche la fiesta se encontraba en el mejor momento, había más mujeres que hombres y con la música y el licor, la parranda se animaba mucho. Facundo utilizaba el gordo para sus conquistas furtivas en el Pub, él era demasiado tímido para entablar una conversación con una chica desconocida, pero la timidez y el gordo no se conocían. Tenía una técnica infalible para hablar con las más lindas, mientras todos los hombres desesperados buscaban acercarse y sacar a bailar a la mas buena del combo de amigas, el gordo la ignoraba y se acercaba al grupo de mujeres pero siempre sacaba a las más fea, era imposible que le dijeran que no, así bailaba dos o tres canciones, hacia chistes contaba anécdotas graciosas y la dejaba de nuevo con sus amigas sin siquiera mirar a la bonita, que siempre era su objetivo. La fea les contaba su hazaña con aquel chico conversador y gracioso y todas quedaban asombradas de la suerte de la fea, que generalmente solo levantaba viejitos y borrachos. La fea entusiasmada hablaba de aquel chico simpático, exagerando sus virtudes, todas quedaban impresionadas y miraban al gordo con otros ojos. Luego buscaba la manera de encontrar a la bonita cuando salía para el baño, la abordaba sola y le decía algo inusual. Raramente le fallaba su táctica.
Esa noche estaban, como siempre, Facundo y el gordo, pero también habían ido Piolo y Conejo. Llegaron en las motos de Facundo y Conejo. El gordo era un amigo de la infancia habían ido juntos al colegio, era el mejor amigo de Facundo, vivían a solo dos cuadras en el barrio la Gabriela. Conejo también vivía en la Gabriela, lo conocían desde pequeño, pero no habían estudiado juntos, él había ido a la escuela pública en el barrio. Cuando Facundo termino el colegio, comenzó a estudiar Ingeniería en la universidad de Antioquia, en el colegio había sido buen estudiante, sin mucho esfuerzo sacaba buenas notas, pero en la universidad las cosa habían cambiado. Allí estaban los mejores estudiantes de Medellín y por más que se esforzaba, sólo obtenía resultados mediocres. Alli conoció a Piolo, se habían encontrado el primer día de clases, cuando un estudiante de un semestre superior se hizo pasar por profesor y les dijo que estaban entrando a una de las universidades más importantes de Colombia, que debían estar muy orgullosos de los ladrillos que formaban la universidad y que se encargarían de formarlos en los próximos años. Les exigió para la siguiente clase, traer un ladrillo como símbolo de su amada alma mater. Facundo y Piolo estaban entre los 10 primiparos que llegaron a la universidad con un aparatoso ladrillo entre sus pertenencias, fueron identificados como los hijos del ladrillo por varios semestres. Piolo era una mente privilegiada, tenía memoria fotográfica, era capaz de recitar de memoria las últimas 15 reinas del reinado de belleza colombiano, así como la formación de los últimos 10 campeones del mundial de fútbol. Además era un nerd no salía casi a la calle, tenía pocos amigos, su vida era la universidad, tenía el promedio más alto de la carrera, desde que Facundo se la pasaba estudiando con el, había mejorado ostensiblemente sus calificaciones.
Fue difícil convencer a Piolo para ir a el Pub, solo la promesa de mujeres bellas borrachas y que no había parciales esa semana, pudieron obrar el milagro. Facundo recogió a Piolo y el gordo fue con conejo. La fiesta se estaba animado ya se sentían con la euforia típica que dan tres botellas de aguardiente. Piolo se había quedado dormido en la mesa hacía más de una hora, no estaba acostumbrado a beber. El gordo, conejo y Facundo parecían ventiladores encendidos, mirando de un lado al otro la cantidad de mujeres bellas, el licor había ayudado bastante. En la mesa del lado habían 4 muchachas solas cantando sin parar, había una rubia preciosa sentada, era alta unos 170 centímetros, tenía piel blanca, delgada y tenía unos senos generosos que querían salirse de el escote. Tenía el cabello castaño claro largo recogido hacia atrás, estaba de mal humor, con una cara de pocos amigos, la amiga que estaba sentada al lado era morena de abundante cabellera y tenia una sombra de bigote que no podía disimular. Era bajita y su ropa la hacía parecer mayor, tenia sobrepeso, era la gorda y fea de la mesa. Las otras dos no paraban de bailar, estaban bonitas, aunque no se comparaban con su amiga la rubia. Bailaban con casi todos los que las invitaban. Cada canción nueva se acercaban unos 5 valientes a intentar bailar con la bonita, pero la chica, cada ves más malgeniada, rechazaba a todos. Cuando termino la canción, conejo saco a bailar a una de las dos chicas que nunca se sentaban y el gordo se acercó a la fea.
- Quieres bailar - le dijo. La fea no lo podía creer, era la primera vez en la noche que alguien le pedía bailar. Su rostro dibujó una gran sonrisa y se levantó como un resorte, la bonita sorprendida ni siquiera miro a los tipos que se acercaban a pedir que bailara con ellos. El gordo bailó tres canciones con la fea, le contó los chistes malos de siempre y ella feliz no paraba de reírse, le dijo que 3 de ellas estudiaban psicología en la luis amigó y la que estaba bailando con conejo era prima suya y estaba de paseo en Medellín. al terminar la tercera canción la dejo en la mesa, le dio las gracias por bailar con él y le besó la mano, asegurándose que la bonita escuchara, aunque sin mirarla.
Conejo y Facundo estaban sentados en la mesa, Piolo había despertado pero parecía un zombie, no pronunciaba palabra, solo tomaba agua. El gordo se sentó en la mesa dando la espalda a las muchachas.
- Marica, no dejo de mirarte todo el tiempo. Esta divina - dijo Facundo.
- La que está sentada se llama Natalia - dijo conejo - con la que baile es Paola, que es prima de Daniela la gordita y la otra se llama Jacky. Paola es de Cali y está de paseo, las otras tres estudian en la Luis Amigó. Están solas.
- Cuando se pare al baño me las cantan - les dijo el gordo.
Pasados 10 minutos, después de que todas escucharan a la gordita que no paraba de hablar y sonreír, la rubiase paró al baño y Facundo hizo una señal al gordo. Este espero a que entrara y se escondió detrás de una columna que estaba frente a la entrada del baño, había mucha gente alrededor bailando, tomó una hoja, escribió algo y espero a que la chica saliera.
- Vos sos la mujer más hermosa que he visto en la vida, sos lo más lindo qué hay hoy en el Pub - dijo el gordo cerrándole el paso cuando salió del baño.
Natalia no se lo esperaba, el gordo no la dejo contestar.
- En este papel está mi teléfono. Yo se que nunca me vas a llamar, pero quiero conservar la ilusión que algún día una diosa como vos me llame al teléfono.
Le entrego un papel doblado y se alejó. Natalia no se esperaba eso, se quedó parada con el papel en la mano mientras veía a aquel enigmático tipo alejarse sin siquiera voltear a mirarla .
- Muchachos, nos vamos ya - dijo el gordo.
- Que pasó? - preguntaron Facundo y Conejo. Piolo seguía la conversación pero no conseguía comprender bien.
- Vámonos, confíen en mi.
Facundo que conocía las tácticas del gordo se paró de inmediato y tomó a Piolo del brazo para sacarlo de la discoteca. Conejo protestó, pero no tuvo más remedio que seguir a sus amigos.
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Espejismo
HumorFacundo y sus amigos salen de fiesta, las cosas mejoran cada vez mas