Chino despertó sintiéndose cálido, cómodo y contento, abrazando un cuerpito suave y caliente casi sobre él, y con todo lo bien que se sentía, la idea de que había algo incorrecto apareció en su subconsciente de a poco.
La realización lo hizo abrir los ojos de golpe y apartarse un poco. Era Lorenzo, no era su novia, ni alguna otra mujer, el cuerpito recostado a lo largo del sillón junto a él era el de toto.
Imágenes de lo que había pasado la noche anterior inundaron su mente con fuerza.
Ya estaba, la había cagado mal. Se había ido al carajo. Sintio por un momento el impulso de huir, de salir corriendo como un cagon, pero eso no tenia sentido, primero que nada tenia que volver a Buenos Aires sentado con toto al lado varias horas en el avión, segundo se suponía que él era el hombre adulto en la sala y tercero y más importante era Lorenzo y él nunca podría hacerle algo así.
Chino se aparto con toda la suavidad que pudo, se incorporó lentamente,tratando de no tirar a toto a la mierda, quedo sentado,con las piernas del más joven sobre su regazo. Su mirada se fijó en el techo de esa habitación de hotel paqueto,sin ver nada. Estaba muy consciente del hombre que dormía junto a él, era también muy consciente de lo mucho que su ser ya extrañaba el contacto que tenían hacia instantes.
¿Por qué era todo tan complicado? Era su culpa, seguramente. Mientras pensaba en esto Lorenzo se movió, despertando, dándose vuelta y estirándose como un gato, sin fijarse, aparentemente, en que se estiraba sobre sus piernas, lo vio deperezarse lentamente para luego,finalmente, voltearse a mirarlo. Chino se dio cuenta que estaba conteniendo la respiración pero no había mucho que podía hacer para sacarse el palo imaginario en el culo que se le había metido de golpe. Entonces toto le sonrió.
-buen día- dijo con tono de dormido- ¿dormiste bien?
Chino no supo que responder por un momento, pero después decidió simplemente decir la verdad.
-si, muy bien , mejor que ...hace mucho tiempo.
-que bueno. Yo también-dijo Lorenzo, apartandose de él con pereza para sentarse derecho- tengo hambre.
Ricardo lo quedo mirando unos instantes, como si no hubiese entendido lo que acababa de decir. Parecía que sus neuronas estaban en pedo todavía, o estaban muy distraigas admirando lo adorable que se veía toto recién levantado. O ambas cosas. Pero Lorenzo tenía hambre y él podía hacer algo con eso, para variar.
-voy a pedir el desayuno. ¿ querés un café? - dijo tratando de disimular y levantarse sin parecer que estaba corriendo.
-con leche- respondió Lorenzo bostezando, despreocupadamente- y algo dulce, faturas o muffins..
Muffins...claro. Chino se vistió torpemente, cada vez cabreandose más con el hecho de que toto estuviera tan calmado mientras él estaba a punto de colgarse de las paredes. ¿Por qué él no estaba nervioso? ¿Estaba haciendo como si nada hubiese pasado? ¿Para él no había pasado nada importante? ¿Era algo que ese pibe hacía todos los findes, cojerse a un amigo?
Llamo a recepción y pidió el desayuno para dos en su mejor Inglés de mierda pero haciéndose entender, (esperaba)
Cuando volvió cerca de toto el se había levantado también, arreglándose la ropa, buscando un buzo que se había sacado al llegar y quien sabe donde estaba.
- ¿podemos hablar de lo que pasó anoche? - se escuchó a sí mismo decir, sonando como un boludo hasta a sus propias orejas.
Lorenzo lo miró, ahora si, con seriedad. Y eso no lo tranquilizo ni un poco.
-obvio- le dijo, y se quedó parado en frente de él, esperando a que dijera algo.
¿Y ahora qué, chinito?
-bueno...-empezo, mirando el piso, tratando de encontrar palabras en esas baldosas feas- anoche...todo se ...descontroló un poco.
-¿descontroló? Es una forma rara de decirlo....-escucho a toto responder. No sonaba divertido, ni tan despreocupado como hacía 5 minutos. Ricardo tragó saliva, sintiéndose ,subitamente ,muy frustrado.
- ¿ y vos cómo lo dirías?,¿ nos zarpamos?, ¿ nos fuimos de mambo?, ¿escabiamos demasiado...?
-nos teníamos ganas, hace rato, y finalmente hicimos algo con eso. No hay por qué disfrazar nada entre nosotros, chino- le dijo, el pendejo, con una seguridad que chino no entendía de donde carajo sacaba.
-yo...yo no quiero disfrazar nada, toto- ya estaba, tenia que sincerarse, y aclarar las cosas entre ellos, no podían quedar mal- es verdad, obviamente, yo siento cosas por vos hace rato, no lo quería admitir, me hacía el boludo pero...si, estaba ahí.
Ricardo se obligó a sí mismo a mirarlo al más joven a los ojos y se encontró con una mirada igual de seria e ilegible que hacía dos segundos. Más oscura, probablemente.
Luego de unos instantes de silencio fue el turno de Lorenzo para esconder la mirada en el piso.-¿ qué querés decir con "sentir cosas"? ¿Te gusto? ¿Te caliento?...¿me querés?...- lo último lo dijo más bajito, sonando de repente mucho menos seguro.
Chino sintió una constricción en el pecho y unas ganas fuertes de abrazarlo, pero se contuvo.
-¡claro que te quiero, pelotudo! ¿ qué estás diciendo?- exclamó, por qué era cierto.
Pero Lorenzo negó con su cabeza suavemente, como si estuviera diciendo una boludez.
-¿me queres? ¿ me querés como a qué? ¿Un amigo? ¿Un compañero de laburo? ¿ cómo a qué? - le recriminó, viéndose él también, muy frustrado y molesto, entonces.
Chino quedó mudo.La verdad era que sus sentimientos por Lorenzo no encajaban en ninguna de esas relaciones que él nombraba.
-te quiero, definitivamente no como un compañero de trabajo-dijo con una sonrisa debil- no como un amigo, aunque soy tu amigo, y... ¿y eso con que nos deja?
..es jodido, toto, yo te quiero, más que eso ,pero la verdad me hace cagar en las patas ponerle una etiqueta en estas circunstancias..-¿ qué querés decir con "más que eso"? -lo interrumpió Lorenzo.
Era obvio que toto no le iba a dejar pasar una.
-quiere decir eso-respondio chino, simplemente- que te quiero...y más...- Ricardo odiaba sonar tan pendejo en ese momento, pero si decía la palabra que rondaba, la que empezaba con A ,sentía que se iba a desmoronar.
Para su sorpresa Toto pareció entender.-Bueno, yo también te quiero, chino, y más....- agregó después sonriendo.
Chino correspondió la sonrisa, pero después Lorenzo agregó: - pero no quiero que nos veamos más así. No quiero interferir en lo tuyo con Úrsula y tampoco quiero ser tu segundo, no me cabe, curtir de vez en cuando...no se si me va a hacer bien.
Chino sintió que podría largarse a llorar pero se contuvo. Lorenzo tenía razón.
- esta bien...pero somos amigos,no? Podemos hablar...
-¡obvio,chino!- exclamó toto y se acercó hacia a él para abrazarlo.
Mientras se abrazaban chino se dejó perder en esa sensación que lo invadía cuando estaba cerca del pendejo e intuyó, que por más que lo intentaran esa conexión no se rompería tan fácilmente y que probablemente la de la noche anterior no sería la última vez que mandaría todo a la mierda por sentirlo cerca.
Ya había saltado y ahora no había vuelta atrás.
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Y ahí está, después de mil años una conti mierdosa. Podemos decir que este es el final ( aunque no lo voy a cerrar por qué capaz después de mil años más añado algo) saludos chiques, gracias por leer! 👋