00-LA DECISION

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Habían pasado un mes completo desde aquel acontecimiento.

El Mizukage la había mandado al calabozo, no quería arriesgarse a que la masacre se repitiera

— es solo una niña— murmuro una de las shinobi aconsejándole— no puede quedarse toda la vida en un calabozo cuando no sabemos si fue ella la responsable

El Mizukage suspiro, estaban en mitad de una asamblea, él pequeña niña era el tema a tratar

— no fue ella— respondió firme el Kage— estoy seguro de que no fue ella

—¿entonces...?— uno de los ancianos del concejo se levantó —¡es una amenaza! ¡Debe ser eliminada de inmediato!

—Shinzo-san— una mujer canosa tomó la palabra— no podemos tomar la vida de una niña por suposiciones

—¡no son suposiciones!— manifestó con odio— desde que nació, debimos acabar con ella, antes de que se convirtiera en una amenaza para la aldea

— ¡suficiente tenemos con la cacería de líneas de sangre kekegenkai!— refutó la mujer enojada— tenemos que frenar esto

— tenemos que matarla— refutó decidido

—¡no puedes decidirlo sin pruebas en su contra!— hablo la Shinobi al lado del Mizukage que aún parecía absorto en sus pensamientos

— las hay...— gruño el anciano— ¡desde que aquel sello maldito apareció en su madre debimos de tomar cartas en el asunto! — suspiro— el hecho de que después de su nacimiento el sello hubiese desaparecido solo quiere decir que la portadora ahora es esa niña... ¡esa asquerosa mujer puede volver y acabar con toda la aldea! Solo hemos tenido unos cuatro años de paz desde que murió, no podemos permitir que regrese— golpeó la mesa frente a el— ¡esa niña debe morir!

El Mizukage que anteriormente se mantenía distante ahora estaba de pie, mirando con seriedad al anciano

— Konoha ha mandado una carta de petición— explicó lanzándola antes mencionada— esa niña es hija de un Uchiha, su madre ahora está muerta, por consiguiente el Hokage ha pedido humildemente que se le escolte para mantener una vida con su padre

—¡eso es ridiculo!—gruño —¡dejémonos de ambientes hipócritas! — lo miró de reojo— no la matamos en su debido momento por su sangre Uchiha— bufo— le permitimos vivir por ello, al fin tendríamos en nuestras manos el poder de los Uchiha

— pero ahora es un peligro— añadió el Mizukage apacible — y si no la entregamos a la hoja... posiblemente habrá un enfrentamiento entre ambas aldeas— suspiro— el único peligro aquí, es permitirnos una guerra

—¡no podemos dejarla vivir!

— podemos...— lo miró con seriedad acallándolo al instante— un enfrentamiento con Konoha no está a discusión, es cierto que estamos perdiendo al fin uno de los grandes poderes oculares de ostenta, pero prefiero perder poder militar a perder vidas en una guerra absurda por algo que no nos ha pertenecido — sentenció serio

La sala se quedó en silencio, perder el Sharingan parecía una blasfemia, cuanto poder y tener que regresarlo

—¿como piensa entregarla cuando aquella mujer está en su interior?— pregunto con la mirada gacha el anciano

— un sello de retención de alma— respondió el Mizukage firme — yo mismo me haré cargo, después de ello la escoltaremos a konoha, y les daremos a conocer la situación, desde ahora... ella ya no es nuestra responsabilidad

(...)

La pequeña niña había delirado a Los próximos días, la sangre parecía manchar aún sus manos, sabía perfectamente que su madre ya no estaba en ese mundo, había visto aquella espada enterrada en su pecho antes de perder la noción del momento, de perderse así misma y permitir aquella tragedia. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y lamentarse

—Terano—uno de los ninja que custodiaba su celda la miró con desconfianza— es hora

¿Hora de que?

No pregunto, sabía que si preguntaba el no le respondería

Salió del legumbre lugar con la mirada gacha y en compañía de su fiel conejo de peluche

Sus ropas deshilachadas le dejaban ver una rosa de color rojo, el símbolo del clan Madarame

—Mizukage-sama— el ninja realizó una reverencia— aquí está la pequeña

— Terano Madarame— murmuró mirando a la niña de reojo— es un nombre inusual. — la niña no le miró a los ojos— se que en este momento debes estar confundida y dolida. Pero no te preocupes, todo estará bien

—¿mi mamá?— susurro con débil voz

— lo siento— una silenciosa lágrima cayó

Ya sabía esa respuesta

—Terano...— la llamo insistente— hemos localizado a tu padre, te llevaremos con el— ella permaneció en silencio atragantándose las lagrimas— pero antes, tendremos que hacernos cargo de algo más

Se acercó a la niña despectivamente

Un escalofrio le recorrió por completo

(...)

La llegada a la aldea de la hoja fue todo menos agradable. El Mizukage les había acompañado, Terano apenas y era consciente de lo que pasaba, lo único que tenía claro era que viviría desde entonces con su padre a una aldea que desconocía

Cuando estuvieron en aquel lugar soleado y lleno de brillo Terano supo que no era el lugar desagradable que había imaginado que sería

—Mizukage-sama— el respetado Kage se levantó para darles la bienvenida

—Hokage— murmuró serio— hemos traído a la niña tal como lo autorizó

— ya lo veo— dirigió su mirada hacia la pequeña que se acurrucaba con temor — pero se me hace extraño eh innecesario que haya venido usted en persona— lo miró con seriedad— amenos que tenga otro asunto que debatir

— ¿donde están los familiares de Terano?— preguntó el aún impasible

Con una seña las puertas del recinto se abrieron de par en par, donde un hombre de cabellos negros era acompañado por una mujer de amables facciones

— Fugaku Uchiha— lo presentó— y su esposa

El Uchiha dirigió la mirada a la pequeña niña, aquel cabello negro característico de los Uchiha, menos el color de ojos.

— tal y como dijo hace unos minutos Hokage— el de la lluvia miró a cada uno con cierto temor— tengo ciertos asuntos que colisionan directamente con Terano, me gustaría que no solo usted esté informado, si no también su familia de ahora en adelante

El Hokage estaba listo para preguntar de que se trataba hasta que un fuerte golpe los sobresalto, la pequeña Terano yacía en el suelo con la respiración entrecortada y las mejillas sonrojadas

—¡Terano!— uno de los shinobi se acercó a ella

Entre la pequeña blusa de color rojo se vislumbraba un sello, recién hecho

—de eso... quería hablarles— murmuro serio el Mizukage

(...)

Abrió los ojos con lentitud sintiendo su cuerpo pesado, desde hacía ya tiempo se había sentido mal, recordaba el escozor de su piel cuando el Mizukage en compañía de varios ninja enmascarados le habían atado y posteriormente grabado algo extraño en la piel, fue tan doloroso que apenas y pudo mantenerse consciente, el dolor no se había reducido en el camino a la nueva aldea, así que apenas llegaron, se desplomo, llena de cansancio y nublada por un profundo dolor

— ya despertaste— un chico mayor a ella de cabello azabache recogido en una coleta le sonrió— estaba preocupado ya

—¿d-donde...?— miró alrededor extrañada

La habitación era de un lindo color verde y el furgón bastante cómodo

— estás en el distrito Uchiha— murmuro con una sonrisa amable colocando una pequeña toalla en su frente— soy Itachi— sus dos dedos chocaron contra su frente— soy tu hermano mayor, y no dejaré que nada te dañe, es una promesa

LÍNEAS DE SANGRE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora