primer encuentro

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Cada noche, él joven ninja tenía ese mismo sueño, de ese día que cambio por completo su vida, y siempre, aunque cada vez más distante, también lograba escuchar esa voz que lo alentaba a seguir. Tras despertar de ese sueño, siempre se encontraba bañado en sudor frio, que recorría rostro y espalda su espalda desnuda, la cual se encontraba marcada por docenas de cicatrices, producto de sus batallas y entrenamientos. De forma casi instintiva, colocó su mano derecha sobre su frente para limpiarla del líquido ya mencionado

Ohh! Él Nene tuvo una pesadilla de nuevo

Dijo una voz cavernosa y gruesa que hizo que Kayn regresara totalmente a la realidad, provocando en este un gesto de verdadera molestia-cierra la boca, Rhaast, no es ninguna pesadilla, si es que eso te hacia feliz, sólo son recuerdos del pesado- decía él Shieda mientras dirigida su mirada a su lado derecho de su recámara, cerca de la ventana se encontraba una guadaña de color vino muy obscuro, que poseía un único ojo, el cual brillaba como carbones en llamas, ese orbe se encontraba mirando fijamente al chico, atento, analizando cualquier alteración que su portador tuviera, como buscando alguna debilidad.
Kayn se puso de pie, y camino hacia esa peculiar arma que, en ningún momento dejaba de mirarlo para así, sin ningún tipo de temor, tomarla de forma firme con ambas manos, tras lo cual se dirigió a la puerta del lugar y así abandonar su recámara

¿Ya es hora de matar? Recuerda que el primer asesinato es el más importante del día, podríamos iniciar con Zed-
Dijo Rhaast en un tono bastante alegre a su portador, él cual simplemente lo ignoró, cosa a la cual ya estaba bastante acostumbrado el Darking.
Kayn cruzaba aquellos pasillos, que ser encontraban en total soledad, él sabia que aún era muy temprano, y que todos los acólitos al igual que su maestro se encontraba descansando todavía. Para él joven, dormir de dos a tres horas cada ciertos días era más que suficiente para destacar, pues prefería dedicar mayor parte de su tiempo a entrenar y meditar, a pesar de los constantes regaños de Zed.

-este seria un buen momento para meditar, antes que todos despierten-dijo él Shieda para si mismo mientras que se dirigía al campo de entrenamiento, al llegar al centro de este, se sentó en posición de flor de loto mientras sujeta el mango de Rhaast con ambas manos, cerrado los ojos para así iniciar su meditación. El viento soplaba de manera suave agitando las hojas de los árboles, el brillo de la luna empezaba a ocultarse tras un grupo de nubes que avanzaba poco a poco, dejando todo en penumbras.
Así pasaron unos minutos de una casi total obscuridad, eso realmente no molestaba en lo absoluto al Shieda, pero algo llamo un poco su atención. Abrió uno de sus ojos, el que no estaba maldito, y alzando un poco la mirada, pudo percatarse de que las nubes se encontraban totalmente inmóviles en el cielo ocultando a la luna.

-eso definitivamente no es normal, tsk, en buen día se le ocurrió al maestro no dejar guardia nocturna-dijo el ninja en un tono algo molesto mientras se ponía de pie, comenzó a caminar rumbo al bosque cercano al templo de las sombras. El poco ruido que había a esa hora hacia mas fácil el detectar cualquier ruido inusual. Kayn se convirtió en una sombra para así poder recorrer mas rápido el lugar, sin lograr encontrar nada sospechoso, tras algunos momentos retomó su forma física y dando un ágil salt, subió a la rama de un árbol, sirviendose también de esa obscuridad, se quedó allí arriba como asechando.
Miraba atento el lugar, intentando distinguir cualquier movimiento, hasta que de pronto pudo escuchar unos gritos de terror de un grupo de hombres, rápidamente él joven miro el lugar de donde provenían esos gritos, pero no le fue necesario el tener que ir a su encuentro, pues ellos venían corriendo despavoridos, como si hubieran visto a un verdadero monstruo e intentarán huir de el, sólo para toparse de frente con un casi furioso Kayn, al instante, él pudo notar que esos hombres no eran Jonianos, pero que tampoco estaban venían en son de paz.
-¿Quienes son ustedes y que buscan aquí?- dijo de forma firme mientras sujetaba a Rhaast frente a él de manera amenazante

¡No preguntes y sólo matalos!

Protesto el Darking, a lo cual los intrusos se sobresaltaron un poco, que lejos de aterrase por la extraña arma parlante, se comenzaron a reír un poco de forma algo burlona-Así que los rumores eran verdad, que la demoníaca arma había sido robada por un mocoso de Jonia.-dijo él más corpulento de los cuatro hombres enemigos
-ganaremos una gran fortuna por recuperarla, jefe-comentó otro, que era bastante más delgado y algo jorobado.
Por su parte, Kayn se mantenía bastante tranquilo, aún al verse superado en número, sólo un poco molesto por haber sido llamado "mocoso". Aún así, no pérdida de vista a sus contrarios, pudo observar que efectivamente eran noxianos, aunque con unas armaduras más ligeras de lo habitual.
-muy bien niño, entreganos al Darking, y tal vez te dejemos vivir, hoy me siento bastante generoso- habló de nuevo el líder, en un tono de voz bastante sarcástico, causando, opuesto a lo que el esperaba, que el ninja riera un poco
-Vaya, debo darte créditos, eres un payaso bastante gracioso, te diré esto, les dare a ti y tus... mascotas... cinco minutos de ventaja para así poder salvar sus patéticas vidas. Respondió Shieda con una sonrisa de lado, mientras recargaba a Rhaast en su hombro, provocando la molestia general de los otros hombres.
-¿Qué Dijiste? Realmente tienes mucho valor para hablarnos así, eso o eres muy estúpido que no sabes quienes somos- Mientras decía esas palabras, él hombre sacaba tras de él una enorme hacha de batalla, de igual forma Kayn pudo percatarse que uno de sus rivales se mantenía vigilante a sus espaldas, como si se cuidara de algo.

La una Información que me interesaba saber, ya me la dieron, están aquí por Rhaast, obviamente por orden de Noxus. Realmente son más idiotas de lo que parecen, si piensan que sólo con cuatro basuras pueden siquiera causarme un rasguño.
Las palabras del chico, realmente habían colmado la paciencia del líder, quien se disponía a dar la orden a sus hombres para atacar y eliminar a Kayn, pero a penas iba a terminar la oración, cuando sintió como su rostro era mojado por un líquido un poco tibio y al mirar la procedencia de este, se encontró con dos de sus hombres con la yugular cortada de forma limpia, para después caer al suelo sin, vida. Rápidamente intento girsrse ordenar al último de sus secuases, sólo para escuchar un grito ahogado de este, a la vez que se desplomaba sujetando su garganta.
-Realmente son más débiles de lo que esperaba, no cabe duda que la fuerza noxiana es sólo un mito- musitó él joven con un tono de asco y burla al impactado noxiano, quien en un intento desesperado por salvar su vida, atacó al chico, lanzando hachazo tras hachazo dando gritos de furia.

Pero que escandaloso ¡ya matalo, Kayn!
Grito el Darking, ya bastante fastidiado de los gritos de ese hombre, Kayn solo hizo un gesto de molestia, y utilizando su magia sombría, se introdujo en el cuerpo de su rival, mientras Rhaast flotaba sobre este, causando que el hombre cayera al suelo, dando verdaderos gritos de terror y retorciéndose como una lombriz, así fue por unos segundos, hasta que de pronto, este quedó totalmente inmóvile. El ninja abandonó el cuerpo del rival, tomó su forma física al ver que ya se encontraba sin vida

-Música para mis oídos... ¡Oh! Espera, yo no tengo oídos... aun

Decía Rhaast de forma burlona y casi alegre mientras entrecerraba su único ojo- sigue soñando, Darking, eso nunca pasara- interrumpio el chico de manera algo amenazante y retadora, si siquiera mirar a su arma, pues su atención se centraba en las nubes, las cuales ya habían retomado su curso natural, pero Kayn, lejos de tranquilizarse, fruncio se ceño y nuevamente se convirtió en una sombra, se movió a gran velocidad en esta forma hasta unas veinte metros delante de el, dirección por la que llegaron eso hombres, y al llegar al punto deseado, y sin previó aviso,salto ya en su forma física y lanzó un ataque con su guadaña, provocando que Rhaast se clavara en el grueso tronco de un árbol, el Shieda pudo ver como en el último segundo, un pequeño bulto se agachaba en cuclillas logrando así evitar el ataque del ninja. Al mirar mas detenidamente, observo que se trataba de una pequeña niña de un mas de trece años. Pero solo una mirada le bastó para ver que... no es una niñita común y corriente


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