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Patryck entró a su casa ese día. Le habló, intentó animarlo.

Pero el contrario realmente no escuchó lo que le dijo.

Asentía, negaba, preguntaba.

Incluso estaba ligeramente recargado hacia enfrente.

Cualquiera creería que le importaba.

El polaco sale de ahí, triunfante, creyendo que su amigo y jefe es feliz.

Pero Tord sigue asintiendo y negando sin pensar aún cuando esta sólo.

Le toma unos minutos darse cuenta de su soledad.

La idea de la noche anterior vuelve a cruzar su mente.

Visita a Edd.

Podría ir a verlo.

Toma su móvil, lo desbloquea y considera registrarse para saber que ha sido de su amigo.

Pero teme.

No puede.

El aparato termina boca abajo.

El noruego viendo el techo.

Conteo |EddTord|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora