Capítulo 3

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La alarma suena, me había olvidado de quitarla. Era Domingo, hoy iba hacer un día muy aburrido. Mis padres me prohibieron salir asique me tengo que quedar en casa mientras ellos se van a no sé dónde porque ni si quiera se despidieron. Igual ya es costumbre y aunque me haga la fuerte me lastima, me hace mierda que mis propios padres no me presten atención, a ellos no les importa si vivo de joda si me drogo si vengo tarde, les importa ellos. A decir verdad me sorprendí con lo que paso ayer, aunque solo fue porque no los recibí, y como castigo me dejan acá encerrada.

Había enchufado el celular, mientras me tomo una larga ducha, cuando digo larga son horas. Al salir de la ducha recibo mensajes de mi querida mejor amiga.

Becc Linda ♡
Sam, Liam me conto todo. Más tarde paso por tu casa
Enviado 14:32 p.m.

Mientras me termino de vestir, suena el timbre iba a esperar a que Marta abriera pero recordé que los Domingos son sus días libres, fui abrir la puerta y me encontré con mi querida amiga y dos potes de helado, era lo más.

—Hola hermosa—me da un corto beso en la mejilla y le doy espacio para entrar.

—Trajiste helado, traigo las cucharas.

—Justo pase por la heladería y pensé mucho en vos.

—Que amiga más dulce tengo.

—La mejor amiga— ambas reíamos.

— ¿Cómo la pasaste anoche?

—Bastante bien, no del todo me hiciste falta en esa peda amiga. ¿Vos cómo te sentís? —siempre le contaba todo de mí, aunque había cosas que no podía decírselo a nadie mucho menos a ella.

—Estoy bien, aunque no me quieras creer— esta rueda los ojos, sabiendo que mentía.

—Claro, y yo tengo un cartel en la frente que dice boluda.

—No yo ahí leo pelotuda— ambas estallamos de risa, aunque becca se puso sería y sabia porque.

—Sos una tarada, sabes que me preocupo por vos, sé que no la pasas bien y estaría bueno que te desahogues, que saques todo eso que consumís.

—Una vez más, estoy bien. ¿Necesito unas flores tienes?

—Estas de suerte ya tenía armado, yo invito—los encendemos y fumamos, fui en busca de unas latas de cerveza y le extendí una.

— ¿Qué te parece mi primito?

— No te voy a mentir es un pibe de mi tipo—doy una calada— pero no quiero nada con nadie— exhalo el humo por mis fosas nasales.

— Él pregunta demasiado por vos— sonríe de oreja a oreja.

— ¿Qué pregunto?

— Si tenías novio, si te parecía lindo, dijo que sos muy hermosa pero no quiere que te diga nada, cuestión que es imposible— ríe.

La mire un poco sorprendida quizás no sé si sea por lo que le pregunto o porque el que pregunte sea el primo de mi mejor amiga. Siempre tuvimos muchos códigos entre nosotras, nunca estuvimos con ningún familiar, pero por lo que veo a ella no le estaría molestando en lo absoluto.

— Samantha ¿te vas a quedar callada? —con un tono enojada.

—Estaba pensando— dije seca.

— Pensando en lo que te dije supongo, ¿no?

—Acaso, ¿no te molesta que tu primo quiera salir conmigo? — digo un poco incrédula.

—A decir verdad al principio un poco, pero con todo lo lindo que me dijo de vos creo que deberían de darse una oportunidad.

ValhalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora