La tormenta que precede a la calma

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Y otra vez que te vuelvo a escribir, creo que nunca me cansaré de hacerlo, me reconforta(s).

Me reconforta, como la lluvia que estoy admirando, acompañada del viento, me recuerdan a ti. La tormenta que precede a la calma, sé que es al revés pero me confundes... Me confunden tú y tus expresiones pero la forma en la que me miras y me sonríes aún más. ¿Cómo decirte que quiero perderme en ti, fundirme en el fondo de tu alma y no despegarme nunca? Putas palabras que no se ajustan a mis sentimientos...

Me gustaría que vieses como me estoy abriendo a ti, sé que es lo que me has pedido muchas veces pero, ¿y si lo qué ves cuando lo haya hecho no te gusta? ¿Y si lo aborreces? Supongo que es algo a lo que me tengo que atener si quiero darte a conocer todo de mí, aunque el miedo siga ahí.

Sigo oyendo la lluvia de fondo y con ella una pieza triste de Bach, la armonía habla por sí sola como aquellos ojos marrones que no querían mirar a otros cristalinos porque decía que brillaban un poco, ¿no se preguntaba el por qué de ese brillo? Le haría gracia la respuesta, como a mí ese comportamiento infeliz que me hace feliz y me lleva al pasado no tan horrible de mi infancia.

Me haces feliz y, rememorando lo que un día te dije y tanta emoción te proporcionó, no quiero poner un límite a algo que quiero de por vida.

Que nuestros malos momentos sean tan efímeros como una gota en un cristal un día caluroso de verano.


YugenWhere stories live. Discover now