Capítulo 4.

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Samuel.

6:00a.m,sonó el despertador,indicando que era un nuevo y maravilloso día,¿lo mejor de todo?,pasaría por Guillermo para ir a la escuela,y regresaríamos juntos,nada podía empeorar. Me metí a la ducha,me arreglé y bajé para desayunar.

—Hola,Samuel,me alegra que estés despierto. —Buenos días nana,¿ya está el desayuno?. 
—En un momento cariño. Mi Nana,su nombre es Paula,y a estado conmigo desde que nací. Ella es como una madre para mi,la madre que siempre deseé y nunca pude tener.

Tras los golpes y odio de mis padres,o mejor dicho,de mi padre y mi madrastra. Pero no es tiempo de recordar eso,ahora nada puede empeorar este día. 
—Toma cariño—sirvió el desayuno. —Paula,¿ya está el desayuno?—dijo un señor alto,de traje que entro al comedor. —Sí,ahora se lo traigo. El tipo de traje se sentó enfrente mío,mientras yo evitaba hacer contacto visual con él. Después,entro una mujer,con un vestido largo,que la había parecer una zorra,lo cual lo era. 
—Hola cariño—la mujer saludo con un beso en los labios al hombre de enfrente. —Hola Samuel—me miro con una sonrisa totalmente fingida,mientras que yo la miraba con odio y rencor. 
—¿No saludarás a tú madre?—pregunto el tipo. —Negué con la cabeza—Ella no es mi madre.
Él pegó un golpe a la mesa con su puño,derramando jugo en la mesa. 
—¡Paula,ven a limpiar esto!—los dos nos miramos fijamente,con odio,rencor,y tristeza. 

—En un momento—mire a Paula nerviosa,así que la ayude. —No te preocupes nana,deja que haga eso la ama de casa. 
Dirigí mi vista hacia la mujer de enfrente,lo que hizo enojar más al hombre. —¡Ya basta!—se levanto de su asiento—¡no permitiré que trates así a Sofía!. —Me levante de mi asiento quedando a la altura de él—¡No,basta!,¿como puede ser que no te des cuenta de que está mujer no te quiere? —la mire de arriba hacia abajo- entiéndelo. —No tengo por que entender nada,se que no quieres a Sofía,pero tendrás que hacerlo,tendrás que respetarla y sí no lo haces,ya verás lo que sucede. 
—¡Haz lo que quieras!. Me fui corriendo de ahí hacía mi habitación. —Yo lo arreglo—escuché desde abajo. 
Sentado en mi cama pude observar como entraba la misma mujer de antes,Sofía. —Hola cariño—camino hacia mi. —¿Ahora que quieres?. —¿Que?,¿no puedo tener una conversación normal con mi hijo?—sonrió en forma de burla. 
—Tú no eres mi madre,ahora por favor,sal de mi habitación—me levante dirigiéndome a la puerta. —Mira querido,estas cometiendo un grave error al querer delatarme con tu padre.—¿Tienes miedo de que te descubra?—reí,ella hizo lo mismo solo que más fuerte y con más dureza. —No lo creo,tú padre está enamorado de mi,nunca te va creer.

Odiaba decirlo,pero tenía razón,ese tipo estaba tan obsesionado con ella que no se daba cuenta de los hombres que mete ella todos los días que el no está a casa. 
—Puede que sea verdad,pero eso no quiere decir que podrás seguir teniendo poder sobre mi,pronto seré mayor de edad y voy a largarme de aquí. 
Ella se fue acercando más a mi,mientras me acorralaba contra la pared. Se acerco a mi oído lentamente,sentía su respiración en mi cuello,cosa que me ponía la piel de gallina. —Pero mientras estés en está casa,seas menor de edad,y comas de nuestras manos,serás mío y te tendré en mi poder—se alejó de mi con una sonrisa de lado. Salió de la habitación,y enseguida bajé yo para despedirme de mi nana. —Lamento mucho esto nana,pronto te sacaré de aquí. 
—No te preocupes,mientras tú estés bien,yo lo estaré,anda ve a la escuela. Me despedí de ella y salí casi volando a casa de Guillermo.

Guillermo

Sonó el despertador,me metí a la ducha,y bajé para desayunar. Al bajar me encontré con mi madre y mi hermana. 
—Hola mamá,hola hermana. Ambas contestaron a mi saludo. El desayuno fue normal,como siempre,no tenía de que platicar con ninguna de las dos. Salí de casa para encontrarme con el chico de cuerpo robusto y cabello castaño. 
—¡Samuel!—de pronto,una sonrisa se plasmó en mi rostro. —Hola —sonrió— al parecer sí cumples las promesas. —¿Por que lo dices?—reí. 
—Mírate,sonriendo,te ves alegre,tú cabello brilla,cambio tú aspecto un poco,no eres el Guillermo del ayer. Pude sentir mis mejillas arder—gracias. —¿Vamos?. —asentí con la cabeza—Vamos.

Caminamos a la escuela,y debo admitir que no era como antes,ahora no estoy sólo,triste, y sucio,me veo como un chico normal,y todo gracias a mi Ángel. 
Samuel me platicaba cosas y de vez en cuando reía. Pero de pronto observé algo que..no me cuadro. —¿Y que sucedió después?—pregunte mientras reía. No recibí respuesta,así que decidí mirarlo,pero en lugar de encontrarlo a él,me encontré con algo más que me paralizo. En lugar de estar Samuel,estaba Mason,el chico del cual un día me enamoré,pelo castaño claro,ojos color verdes,con esa misma sonrisa que me mostraba para levantarme los ánimos. 
A su alrededor,había una resplandor,que hacia que el se notara cada vez menos. —Guillermo —le escuché decir—Guillermo. —Mason.. Quise tocarlo,pero al hacerlo,sentí como sí fuera cayendo al vacío. Él se acerco a mi..pero de pronto ya no empezó a ser él,sí no alguien más. —¡Guillermo!.—gritaba la persona que se dirigía a mi. Empezaba a notar cada vez más el rostro de esa persona,era Samuel, y a lo lejos detrás de él pude notar a un chico,era Mason,estoy más que seguro de eso. Sonrió y empezó a caminar,dándome la espalda. 
—¡Mason!.—grite varias veces,pero no acudió a mi llamado. Pude mirar a Samuel más cerca de mi,el se notaba preocupado,agitado,como sí estuviera corriendo,pero yo sólo lo veía ahí,parado. 
—Ayúdame Samuel. Fue lo último que dije para después cerrar mis ojos y poder descansar.

Hola (?,ahora sí subí capítulo más rápido,ah. Deberían darme un premio 8). Bueno,espero y les guste,gracias por el apoyo<3333 un comentario y un voto me hacen tan feliz:').

Uy no chao que me pongo cursi D:

No lo hagas...por mi. {Fanfic Wigetta}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora