-Consulta del sexólogo Luke Hemmings, ¿En qué puedo ayudarlo? -pregunto la monótona y profesional voz de la secretaría. Me mordí el labio nerviosa y contesté.
-Hola, soy ____, una de las pacientes del Doctor Hemmings -respondí tratando de desaparecer cualquier temblor de mi voz.
-Sí, sé quién eres -dijo de mala gana-. ¿Qué sucede?
Aquel tono de una secretaria respetuosa había desaparecido completamente. Tomé el cable del teléfono enrollándolo en mi dedo.
-Quería saber cómo estaba ¿ha ido a trabajar hoy?
-El Doctor Hemmings no ha venido en toda la semana, se encuentra con ligeros dolores en su nariz y cara. Creo que llegará el lunes en la mañana. De todas maneras, todas las citas de hoy y los días anteriores han sido programadas para la semana que sigue.
-Sí, lo sé, solo quería saber cómo se encontraba.
-En todo lo sucedido, bien, solo está usando los días de reposo que el médico le receto -contestó secamente, suspiré y me despedí. Sabiendo que no ganaría ni sabría nada si seguía hablando con aquella celosa secretaría.
Miré una vez más el bolso sin cerrar que se encontraba encima de mi cama y caminé hacia él guardando las esposas y la venda para ojos. Había estado toda la mañana mirándolo sin saber qué hacer. No podía solamente aparecerme en el departamento de Luke y contarle mi plan, debía crear una buena disculpa y saber si quería o no seguir.
-Sara -murmuré a través del teléfono.
-____, ¿qué sucede? -fruncí el ceño al escuchar su tono de voz.
-Necesito tu ayuda... -dije, en un tono bajísimo.
-¿Para qué? -preguntó confundida.
-Me gustaría decírtelo en persona, aunque no lo creas, por teléfono es algo... incómodo -susurre curvando mi labio. Su risa se alejó del teléfono y supe que había estallado en una carcajada, la cual no pude no responder.
-Estoy sola, Charlie ha salido. Nora vendrá de visita -dijo de mala gana.
Nora era su suegra, bueno su-casi-suegra, dado que ella y su novio aun no estaban casados, pero aun así, aquella vieja le hacia la vida imposible, como cada madre que no quería separarse de su hijo preferido y creía que una arpía (lo cual Sara no era) se lo quería arrebatar de las manos.
-Es solo una hora, de verdad, necesito tu ayuda -le pedí y ella suspiró.
-Está bien. Tienes suerte de que aquella vieja haya viajado ésta vez en avión. Nos vemos en quince minutos.
-¿Quince? Sara, vives a una cuadra.
-Lo sé, pero debo vestirme. Estoy aún en pijama.
-¿Y qué haces en pijama si sabías que Nora vendría? -pregunte divertida.
-Quería joderla un rato -rio y sentí como los cajones de su armario se deslizaban hacia afuera-. Bueno, cuelga, nos vemos en quince, adiós.
-Adiós -musité aun riendo.
Cerré el bolso colocándolo encima de mi mesa de noche y busque alguna lencería sexy para esta ocasión. Igual a la que Luke me había obsequiado, solo que esta era de un solo color y negra.
Sara llego quince minutos después luciendo un look informal. Un pantalón de chándal y un chaleco a juego. Negué con la cabeza mientras sacaba las cosas del bolso una a una y las iba poniendo frente a ella.
-¿Y esto? -pregunto tomando con dos de sus dedos las esposas.
-Luke me las obsequió junto con la lencería, al parecer quería que si lográbamos el primer paso, seguir averiguando y probando nuevas cosas conmigo.
-¿Y mi ayuda era para que te aconseje como usar esto? -Pregunto levantando una ceja-. ____, con Charlie jamás hemos pasado más allá del sexo normal. Aunque no lo creas, a él ni a mí se nos ha pasado por la cabeza utilizar alguna de estas cosas...
-No, la ayuda no era con eso -la interrumpí. Inhale aire sintiendo como los celos iban llenando mi interior-. Como tú ya estuviste con Luke, una vez, quería que me explicaras más o menos cuáles son sus puntos débiles y esas cosas.
-No sé si recuerdo mucho, cuando lo de nosotros sucedió, estaba realmente borracha -murmuro, mirándome y pidiéndome disculpas. Eso no lo habíamos hablado desde que yo me enteré. Negué con la cabeza sonriéndole como si no me importara-. Pero, te aconsejo que en tu primera vez, seas tú misma y que tú averigües cuáles son sus debilidades en la cama.
-¿Y qué pasa si hago algo mal?
-El sexo no tiene una manera de ser, es espontaneo, natural. Nadie es malo en la cama, solo que cada persona tiene una manera diferente y tú debes encontrarla.
-Lo sé, pero... tengo miedo de hacer algo mal -murmure abatida. Ella sonrió tocando mi brazo con ternura.
-Solo confía en ti, ____. No harás nada mal. Solo déjate llevar por el momento. Ese es el único consejo que puedo darte.
Suspiré y metí todo de nuevo al bolso con su ayuda.
-¿Algo más que quieras saber? -pregunto cerrando la cremallera. Fruncí mi labio y me ruborice.
-Sí, algo.
-¿Qué? -pregunto sonriendo.
-¿Cómo puedo seducirlo?
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Virgen a los 25. (l.h)
Fiksi PenggemarSinopsis: Su mala experiencia sexual le hace tomar medidas desesperadas: pedirle consejos a su mejor amiga quien le recomienda visitar a un famoso sexólogo llamado Luke Hemmings. Él realmente interesado por el problema de _____, decide ayudarla, dán...