Milo.
Te ves en el espejo.
Ese no eres tú, es la sombra de aquel guapo joven de personalidad felina, altivo e impulsivo que caminaba feliz, despreocupado de mi mano, riendo y bromeando. Eso fue cuando éramos felices...
Ahora, vives atormentado, inmerso en otro mundo, mundo que te destruye lentamente, mundo que te envolvio cual poderosa boa constrictor, triturando tus sueños, ilusiones y planes que esbozabas a mi lado siempre que nuestros cuerpos bailaban al son del placer, cuando eras tú, eras Aioria Lion.
Te veo arañarte el rostro, llorar como un niño desvalido incapaz de buscar ayuda, de encontrar el camino que tantas veces he tratado de mostrarte día y noche. Gritas llamándolo como un demente en tanto te dejas caer en el amplio colchón que compartimos para luego cerrar los ojos y abrirlos al instante.
—¡ Vete Milo!—dices incorporándote sobre tus codos—voy a destruirte...
—Y dejarte consumir esa mierda barata que te deforma no sólo físicamente sino que psicológicamente—apostrofé cruzándome de brazos mientras entraba a la habitación—¡ No gracias! ¡ No pienso actuar como él que jurándote amor eterno te usó a su conveniencia!
Sonríes como si lamentaras mis palabras. ¿ Es demasiado para ti oír que te quiero, te amo y que me lastima tu situación?
No. Tus ojos hundidos y sin brillo desean abrirse de nuevo, abrirse a ese bello mundo que tantas veces se ha destruido y construido por egoísmos absurdos. Decido a partir de ese segundo en que desecharé cada una de esas porquerías que ocultas como un mugriento tesoro en esta habitación.
—¿ Que vas a hacer Milo?—indagas cuando me ves agacharme para mirar bajo la cama—no, es...
Mi mano hurgando entre los espacios entre el colchón y el somier metálico me otorgan la recompensa. Una desagradable recompensa.
Ese polvo que carcome lentamente las fibras, transforma la sangre en una sustancia que en vez de aportar vida y oxígeno al cuerpo lo torna en una carga difícil de controlar. Noto una secreta rabia que amenaza con explotar contra mi, cierro mis dedos alrededor de la fundita con el polvo blanco.
—Salvarte la puta vida imbécil-mascullo—¿ Te quieres morir?
—Eso que tienes entre tus dedos es lo que me alivia—te justificas, tu lucha interna es mi lucha y voy a conducirte del túnel en tinieblas en que te escondes al campo abierto cuyo aire limpiaría tus pulmones aquejados por tu negligencia.
Hago oídos sordos a tus palabras patéticas, te doy la espalda. Oigo que te levantas de la cama y me sigues mascullando acerca de ser un metiche en tus cosas. Acelero más el paso y al entrar al baño cierro la puerta con estrépito en su nariz y le coloco seguro.
Abro la funda y vacío su contenido en la taza del baño, afuera te oigo maldecir y aporrear la puerta. No me importa si dejas de quererme, voy a sacarte de ese pozo...
—¡ Por una mierda Milo! ¡ Abre!
Luego de aquello, busco entre tus cosas de aseo en el baño una rasuradora, crema de afeitar ya que tu rostro parece de naufrago. Suspiro mientras mis pestañas se abaten ocultando mis ojos, Aioria te amo tanto que verte como un muñeco roto de lastima.
Echo en la basura la fundita infame, tomo tus cosas de aseo y estiro la mano para abrir la puerta y de un jalón jalarte al interior del baño.
Te doy un beso que te deja sin aliento, extrañaba el sabor que me prodigabas, extrañaba sentir tu dulce piel cerca de la mía que me fue vetada desde que comenzaste a consumir drogas dolido porque lo viste a él, a tu ex saliendo del brazo de otro joven cuyos ojos cual piedras preciosas como lo definiste prendieron la chispa que creíste muerta del desamor. Se habían casado recién e iban camino a celebrarlo.
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Alma corrupta ( MiloxAioria)
FanficLas tormentas vienen, sus rayos parten el cielo... Te destruyes sin piedad, te envenenas la sangre, mente y alma con ella que te seduce como lo hace con miles de incautos que la buscan para escapar de sus problemas, de esa maldita realidad... pero s...