- ¿Este lugar es siquiera seguro? - Pregunto a Pace, mi mejor amiga, cuando me estaciono frente al bar que ha estado deseando visitar desde que nos mudamos de Madrid.
- Claro que si, que por fuera sea aterrador no significa que por dentro no sea bueno.
Höhepunkt(1) ha sido en las últimas semanas un bar muy mencionado, no sólo por su peculiar nombre, si no por su estructura, parecía una taberna sacada de algún libro de terror.
Me esperaba que al entrar el típico olor a rancio mezclado con cigarillos me asfixiara, pero me sorprendió cuando lo único que sentí fue el olor a cuero y menta.
Por dentro el lugar parecía sacado de alguna fantasía de un motociclista, los elegantes asientos estaban revestidos en cuero negro, la barra estaba ubicada en una plataforma alta frente a la pista, un total reto para aquellas personas que andubiesen con unos tragos demás y bueno, la iluminación era simplemente perfecta. Estaba totalmente de acuerdo con Pace, que por fuera se mirase aterrador no significaba que por dentro no fuera bueno, y sin duda este lugar se pasaba de bueno, pero aún no me explicaba el por qué de la fachada terrorífica del exterior.
- Vamos a la barra por unos tragos. - Pace toma mi brazo llevándome con ella a través de las personas hasta llegar a la barra. - Dos Sex In The City, por favor. - Le grita al barman y este asiente.
- Pensé que tendríamos que luchar para que nos atendieran. - Digo pasando mi vista a través de todas las personas que están en la barra.
- La mayoría de los que están acá es para ligar, no necesariamente para pedir un trago. - Rueda sus ojos mientras agarra las dos copas que le ofrece el barman. - Gracias. - Me arrastra de regreso hasta una de las mesas vacías y se sienta. - Este lugar es mucho mejor de lo que dicen, no sé que estaba esperando que fuera, pero superó cualquier expectativa.
- Dímelo a mi, al ver el exterior pensé que la única manera en la que iba a salir de acá era en una bolsa negra hacia la morgue. - Ríe provocando que su bebida salpique en su vestido.
- Por tu cara podría apostar que pensabas eso.
- ¡Culpable! Pero lo que llamó mi atención fue el nombre, además del hecho de que acá todo es puro cuero, este lugar fácilmente puede pasar por un club de BDSM(2). - La sonora carcajada de Pace atrae las miradas de las mesas cercanas.
- Khalie, solo tú podrías pensar algo como eso. - Niega. - Aunque creo que muchos piensan eso de este lugar. - Señala con su barbilla hacia una pareja en la pista que desde que vinimos están haciendo un baile nada apto para menores. - Dudo que ellos sólo esten bailando, solo que aquí no van a encontrar una habitación donde hacer sus jueguitos. - Nuestra vista vuelve a dirigirse a la pareja exhibicionista, quienes ahora están siendo llevados hacia la salida por el guarda de seguridad. - Según escuché, al dueño del bar no le gusta ese tipo de demostraciones, dice que Höhepunkt es un bar donde puedes disfrutar hasta el clímax, no follar hasta el clímax.
- Vaya, que directo. - Se encoge de hombros.
- No quiere que el bar pase a ser el típico lugar que visitas sólo para conseguir un rollo de una noche. - Suspira. - Vamos a bailar, que de estar sentada ya me duele el culo. - Se levanta palmeando su trasero haciéndome reir.
***
- ¿Así que eres fotógrafa? - Pregunta el chico que ha estado intentando coquetear conmigo desde que Pace se fue con un contador que parecía tener atravesado un palo en el trasero. - Yo te miro más como modelo. - Dice en un susurro que supongo que para él es sexy.
- ¿Esa es tu mejor línea? - Alzo una ceja en su dirección y él se encoge de hombros.
- Ya las he acabado todas contigo y aún no me has dado tu número. - Río.
- Y tú has estado diciendo cada línea de ligue que tienes y aún no me has dicho tu nombre. - Sonríe haciendo visible dos hermosos hoyuelos.
- Soy Max.
- ¿Max? ¿Sólo Max?
- Eres curiosa. - Mira hacia todos lados, como si estuviese a punto de contarme un secreto. - Maximillian Thomas Lartilleux, ese es mi nombre completo.
- Wuao, si que tienes un nombre fuerte.
- Es lo que me dicen, pero prefiero sólo Max.
- O Maxi. - Dice una voz fuerte a mis espaldas, doy media vuelta par ver de quien se trata y...
Jodido. Cielo.
Es como si el dios del trueno se acabara de poner enfrente de mi. Tuve que asegurarme que seguía respirando cuando mis ojos conectaron con los del sexy extraño. El profundo azul de su mirada me recorrió y no pude evitar hacer lo mismo.
Desde mi posición parecía una gran pared de músculos que hacía sentir más estrecho el lugar, llevaba una chaqueta negra que lo hacia ver imponente y los vaqueros abrazaban perfectamente sus piernas, estaba deseando ver si así de bien abrazaban a su trasero.
- ¿Y tu eres...? - Me atrevo a preguntarle para romper el silencio que se había formado desde que él se nos unió.
- Alec. - Entrecierro mis ojos hacia él no muy satisfecha con su respuesta.
- ¿Sólo Alec? - Max se ríe de mi pregunta.
- Alec Cunningham, amigo de Maxi.
- Alec Cunningham. - Pruebo su nombre en mis labios. - Ustedes tienen nombres como de la realeza.
- El único que tiene nombre de princesa es Maxi. - Palmea la cabeza de Max y este le saca la lengua. Hombres. - ¿Y tú eres?
- Khalie Hayes.
- Bonito nombre. - Sonrío en agradecimiento.
- No sabía que vendrías. - Le dice Max mientras le da espacio de sentarse a su lado de la cabina.
- Pude resolver el inconveniente antes de tiempo.
- Por inconveniente se refiere a su última conquista. - Me aclara Max.
- Esta vez te equivocas, Maxi, tenía problemas con el último reporte de la empresa.
Por los próximos diez minutos se enfrascan en un debate sobre estrategias y estadísticas del cual no entiendo nada, mientras yo intento no sentirme la tercera en discordia, es un poco loco considerando que estaba acá antes que ellos.
- Así que, Maxi...
- Max. - Me corrige frunciendole el ceño a Alec.
- Max, fue un gusto conocerte, igual a ti Alec, pero debo irme. - Me levanto de la cabina y ellos me imitan.
- Aún no me has dado tu número. - Reclama Max.
- Nunca dije que te lo daría. - Le giño el ojo y me doy la vuelta.
- Bonita e inteligente. - Escucho decir a Alec.
No puedo evitar reír.
1. Clímax en alemán.
2. Clubes donde se practican juegos o fantasías sexuales relacionadas a la dominación y sumisión.
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Placeres Simples
RomanceEl deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir. - Marcel Proust Prohibida cualquier tipo de adaptación. Todos los derechos reservados.