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Al llegar a casa el dolor en la entrepierna se estaba volviendo abismal. La erección no bajaba sino que, al contrario subía a causa de recordar la sensación del aliento de Mr. Min, su aroma y el tacto tan experto y delicado. Su mente daba vueltas en eso mientras abría la puerta de su casa. Afortunadamente tenía una chaqueta bastante larga que cubría perfectamente el asunto, pero aún así se sentía incómodo y observado aunque nadie lo estuviera mirando. Al entrar a casa y cerrar la puerta tras de él, se quitó los zapatos y corrió hasta su habitación dejándose caer en la cama acomodado en posición fetal, colando entre sus piernas ambas manos para hacer presión por el dolor.  Trata de concentrarse en no tener que llegar a masturbarse para aliviar el malestar. Sabía que a ese punto hacer abdominales sería totalmente inútil. Mordió su labio al pensar de nuevo en la mano del mayor pasar por su abdomen —Maldición… Mr. Min ¿Qué ha hecho?— Soltó un pequeño gemido a causa de la presión que hacía el pantalón en su miembro —¿Porqué me puse estos pantalones tan ajustados?— Se preguntó con la voz cortada a causa de la molestia. No tenía opción y se inclinó hacia su mesita de noche abriendo el cajón para tomar una caja de pañuelos que, por raro que parezca, solía usar para sonarse la nariz a causa de las alergias que brotaron desde que llegó a esa casa. El polvo y la humedad que guardaban esas viejas paredes lo estaban matando, la casa realmente era algo vieja y estaba descuidada y por ello su nariz era una explosión de alergias constante —Te odio…— Susurró mientras desabrochaba su pantalón tomaba con desesperación unos cuantos pañuelos de papel para así dar masajes desesperados a su miembro —Lo odio tanto...— Dijo mientras con su mano libre apretaba un poco las sábanas, realmente se sentía torturado. La actitud del castaño llevaba así dos meses y ese día era la primera vez que descaradamente lo provocaba. Aunque estaba molesto quería sentir su tacto —¿Es normal fantasear con tu jefe?— Pensó para sí mismo mientras continuaba haciendo aquello de forma licenciosa.

Una vez terminó de resolver aquel asunto, se mantuvo estático en su cama mientras removía su pelo para que no se empapara del sudor en su frente. Suspiró profundamente y se levantó tomando una toalla y los pañuelos sucios. Entró al baño para asearse. Estaba harto de los últimos meses, más que nada de Mr. Min y estaba dispuesto a hablar con él aunque, después de lo que había hecho al llegar a casa no sabía si podía verlo a la cara. Mientras se secaba el pelo recordó la cafetería donde siempre le compraba el café a Mr. Min. Mientras iban pasando los meses, se dió cuenta de que su trabajo no estaba tan lejos de su casa, cosa que le alegraba y le aterraba la vez; sabía que su jefe era capaz de cualquier cosa y no dudaba de que alguna vez lo haya espiado mientras iba a casa, ese hombre era un enfermo. Una vez se colocó la ropa decidió salir de casa y caminó por las calles amplias de Londres. La brisa era agradable, el sonido de las hojas de los árboles era relajante, más aún por lo que había pasado con Mr. Min. Aquello no dejaba de aparecer en su cabeza, no podía asimilar lo que acababa de pasar hacía solo dos horas atrás —¡Basta! Eso no es correcto, no está bien. No, no debo pensar en eso, no es correcto. E-es enfermo, además, trabajó con él todos los días. No es bueno pensar en eso… Fue un error— Se decía una y otra vez a modo de consuelo y sin darse cuenta había llegado, por fin, a la cafetería. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos, que no se fijó por donde caminaba y chocó con un muchacho alto, un poco más alto que él, tenía nuevamente un mandil verde y una gorra azul, casi negra. Nuevamente no observo muchos detalles y se inclinó para pedir disculpas. Al levantar la vista vio que estaba enfrente de la cafetería y que no estaba tan llena de personas como de costumbre. Al entrar se sentó en una mesa al fondo de la cafetería, aquella daba vista a la calle, inmediatamente llegó un mesero a atenderle.

—Buenas noches. Bienvenido a Kimo ¿Qué desea de tomar?

—Mmm...— Pensó mientras veía el menú de la cafetería, todo parecía apetitoso pero sin pe sar contestando, casi por instinto y más que nada por costumbre —Tráeme un Late sin azúcar y un pastel de chocolate.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2019 ⏰

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Amor o Contrato [SUKOOK || YOONKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora