El chico del espejo

Amigo y maestro

En un mundo cerrado llamado China, pocas veces encontré una palabra que acabó por cansarme.
Cientos y cientos de personas durante estos años, me llamaron maestro, me trataban y respetaban como a tal, pero quizás no era lo que yo necesitaba o yo necesitaba, aunque he ayudado a más de mil personas, muy pocas me llamaban amigo y muchas menos me trataron como tal.
Me convertí, en una herramienta sistemática, entregué mi tiempo y esfuerzo en ayudar a gente que tras aprobar, directamente me bloqueaban, un día alguien tuvo la gran idea de despedirse antes de desaparecer,
Aunque cada día que lo recuerdo, deseo que no hubiera pasado, literalmente sus palabras fueron estas. "Gracias por su ayuda maestro, ya no te necesito". Nunca tuve la opción de contestarle.
Otros directamente te dejan de hablar y ya está. Alguna vez aparecen cuando tienen alguna consulta.
¿Quizás, el concepto de amistad que yo entiendo, no es el mismo? Puede ser.
Aunque yo recuerdo a muchos de estos chicos y chicas, creo que algunos ya no saben quién soy yo. Tal vez por que no yo mismo se quien soy.
Me gusta escribir poesía y pensamientos sobre cualquier tema. Amor, odio, suicido, paisajes, personas. Todo cómo lo veo yo, por que yo aún poseo la verdad más absoluta.
Hace tiempo que deje de creer en Dios, también hace aún más tiempo que deje de creer en mi, tal vez por eso nunca he avanzado lo suficiente.
Soy el mejor consejero, me apodo "el consejero antagonista", ¿a que mola el nombre?.
Los problemas en el mundo, no son tan diferentes en cualquier ciudad o país, tan solo nos enfrentamos de forma individual y propia y de eso cada cual lleva lo suyo.
Frases como debes salir más, no puedes encerrarte en casa.
Pensar en el suicidio, por favor, Nadie merece tu vida, asúmelo y avanza.
Cuantos consejos y de cuantas cosas que yo mismo había experimentado.
Estoy subió mi nivel. Algunos me llaman, maestro de vida, gran consejero, una chica me llamo padre. Y mi ego seguía y seguía subiendo.
Cómo un globo de Helio cuando se escapa de las manos de un niño, ahí estaba yo surcando los cielos, mi ego volaba, pero también voló mi vida.
Yo que no seguía mi propio consejo aconsejaba a los demás con la autoridad de un juez, mis palabras eran sentencias de vida. Grandes epitafios, pulsados en un teléfono.
Que grande soy, tan grande que debería tener un monumento, o ya lo tengo.
Si, lo tengo pero es un concepto diferente es como un momento virtual que puedes visitar cada día, donde no se cagan las palomas, mucha gente viene a verme, hacemos videollamadas interminables, entre subjuntivos y pretéritos, tantas palabras y expresiones que. Que me alcanza la memoria.
Así me convertí en la única pieza de mi propio museo virtual. Pero un día, algo cambio,
Llegó con tanta fuerza que no lo vi venir,
Que velocidad, que rapidez que impactó,
Me golpeó con tal fuerza en el pecho, que me saco un profundo te quiero, recordé que esas palabras existían. Wow que momento,
Y mi mundo cambio, mi ego se poso en el suelo
Se ajustó a mi como un guante de látex, para entonces ya estaba perdido, y desaparecí para el resto del mundo, nada más existía, mi habitación y mi teléfono y ella, al otro lado del texto.
Unos meses más tarde descubrí el significado de incondicional, como todo en mi vida no funcionó, toque las estrellas con mi manos y sus besos me llevaron a viajar por el cosmos,
A los científicos más experimentados les digo, cuando le das un beso a la persona que amas es como se sale de un agujero negro, pero cuando descubres que todo es una ilusión vuelves a entrar.
Para mi la vida no es más que un sin sentido por el que debemos sufrir, un calvario inservible, que llevamos a cuestas, no elegimos venir, ni familia, ni amigos, ni nacionalidad, ni sexo. Pero día a día nos adaptamos a nuestro entorno un hábitat salvaje donde tienes que sobrevivir, mis palmeras tienes cristales y las fieras más salvajes de mi selva, llevan traje y corbata, así es son unos fieras.
El único que se diferencia de los demás, son unos muy raros con corbata verde, los de tecno casa les dicen, el resto son la élite, banqueros y políticos, gente estudiada y bien hablada, tanto que después de joderte la vida, solo deseas abrazarlos y darle las gracias. Luego están lo que yo defino como llaveros, estos van colgados de los trajeados, pequeñas extensiones de grupis, que aplauden cualquier burrada que salga de la boca de los trajeados, pero que bien les sienta el traje.
El telediario, mi película cómica favorita, donde el presentador más serio y eficiente te vende una vaporeto después de haberte contado algo sobre un ataque con bombas.
Que grande es mi país, me levanto muy orgulloso, cada día mucho más, vivo en un país que parece el avance de la que se avecina, donde en cada episodio cambia el presidente.
Que grandes momentos de esa serie de ficción, cuando ves ese episodio en que los presidentes de los partidos más representativos del país, se lanzan a la cara corrupción y corrupción, no me he reído más en mi vida, bueno en la vida que estos personajes me permiten vivir.
Pero si no me importa a mi, por que les iba a importar a ellos, yo no soy más que un número, a las espera de una sorteo llamado muerte.
Que maravillosa es la televisión, nos entretiene cada día con cosas que no nos importan, no nos afectan, pero ahí estamos espectadores impasibles mientras su tiempo se pierde.
Yo tuve la suerte de comenzar a salir antes de juego de tronos, una serie impresionante por lo que cuentan. Todo el mundo expectante haber que coño pasa en una historia de ficción, perdiéndose la historia real.
Somos más de siete billones, pero ya han conseguido que la mayoría de la gente se encierre en su casa, en su tiempo libre.
Ahora la rutina es más simple.
Trabajo, niños, gimnasio, Netflix
Así día a día, hablo con gente por internet de diferentes países en diferentes idiomas, pero cada fin de semana pocos desaparecen para disfrutar de algo. Cada día menos.
Quizás sea que ya estoy tan cansado de todo que todo me da igual, no siento interés por nada y nada me importa, he perdido mis aficiones y hobbies.
Solo busco la forma de ocupar mi tiempo.