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El agua de la ducha se deslizaba por mi rostro mezclándose con saladas gotas provenientes de mis ojos, entre mis dedos se encontraba ese afilado objeto metálico, nuevamente se deslizó suavemente por mi piel, una nueva marca nace en mi piel, una más de incontables, una insignificante marca comparada con mi dolor, el rojizo y espeso líquido fluía de mi piel, el agua se llevaba los restos de este dejando su transparencia atrás tomando por color un tenue marrón colorado.
Los golpes de mi madre resuenan tras la madera que es tomada como puerta, abandonando mi posición me dirigo a esta preguntandome el porque de tanto escándalo.
Solo una delgada toalla cubre mi cuerpo. La puerta abierta, logro ver a mi madre completamente devastada, intento comprender que es lo que pasa. Por mis manos escurre un espeso líquido.
Solo sentí como me desvanecia cayendo al suelo mientras mi madre me rodeaba con sus brazos. Solo sentí como entraba en un estado de paz. Solo esperé no despertar jamás.

Un momento de soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora