Donde nadie me pueda alcanzar

Cap. 9 - Sistema abajo

El sexto grado... ah, el sexto grado... fue una bella colección de momentos que deseo jamás olvidar.

Si supieras cuán alocada era (y sigue siendo) mi promoción, pegarías un grito de alegría, si es que eres estudiante. A veces se pasan. Pero a las autoridades no les gusta lo que hacemos.

Así que digo: "¡Sistema abajo!"

Fue el mismo grito que pegamos todos, en silencio, cuando acabábamos de llegar al salón después de no verse entre compañeros por tres meses, después de haber pasado una ansiedad tremenda, y luego irse para dejar una terrible sensación de desistir y dejar la escuela de una, sin más.

Todos, sentados en pupitres e madera extremadamente pequeños e imprácticos para nuestro tamaño. Yo llegando tarde y apresurado. Me siento y no sé por dónde empezar. Veo a Salchi y me muevo hacia allá. *pieza de memoria incompleta* *conversación-trivial.exe* *pieza de memoria incompleta*.

No me culpen, es lo único que recuerdo de aquel momento.

Lo que sé es que la Miss Flora era buena en extremo, aunque severa. Yo no podré describir...

Esperen, creo que han notado que ya no uso "Miss Flor", sino "Miss Flora".

Por una diferencia del tamaño de una letra, nos salvamos de una Tercera Crisis de la Simbiosis. ¿Quién diría que una letra salvaría a una promoción?

Es algo extraño.

En este año sucedieron cosas que revolcaron mi mente.

A) Descubrí que Tamara estaba con José Carlos.

Desde hacía un largo tiempo me habían dicho que era así, pero no lo confirmé sino hasta sexto grado. Suena ridículo, pero es así.

B) Varios y varias trataron de "estar" con alguien.

¿Qué significa "estar con alguien"? En mi país es un sinónimo, en su integridad, de noviazgo. Sí, en realidad yo lo pensé apresurado en esa época, pero en primero de secundaria mi mentalidad cambió, y con ello mi cosmovisión. En este caso, sucedieron varios entreveros que no narraré por falta de memoria.

C) Los efectos de la pre-adolescencia COMENZARON.

Sí, la B es un efecto colateral de todo esto, y lo sé. Las chicas se empezaron a ver 'mejor' (una disculpa a las mujeres de la audiencia), los hombres empezamos a crecer desaceleradamente y a sufrir el cambio de voz. En lo personal, prefiero mi nueva voz, ¿saben?

D) Me empezó a gustar alguien. Eso será narrado en el... próximo—lo siento, Nory—capítulo.

Muajaja.

E) Empecé a desarrollar nuevos gustos. Ponis, Skrillex, creepypastas, fueron algunas de las palabras que se añadieron o fueron reforzadas en mi vocabulario. Por eso me he de considerar brony y creepypastero.

Nota: citar Wikipedia para comprender este primer término.

Esto me comenzó a alejar de la gente, pero sucedió algo aún más mágico.

¿Qué es?

Reforcé mi amistad original con Axel.

¿Quién responde al nombre de Axel?

Un chico dos cabezas más alto que yo, con lentes, actual estudiante de la Pamer, con una XBox 360, especial atracción por las series Super Sentai japonesas, y seguidor de varias sagas de shooters.

Bueno, sucede que los dos vemos videos Loquendo, que los dos jugábamos juegos frikis, que los dos veíamos Zarcort, que ambos nos tolerábamos...

No tengo ni idea de cómo he podido meterme en esta situación

Que nadie me vea, yo sólo he venido para completar mi misión

Jugué con la gente equivocada, debo ser el dueño de mi vida

Nada como volver a casa, tengo que hacer todo lo que me pidan...

Ese era el coro o estribillo de Bioshock Infinite Rap, de Zarcort, el que más me recuerda a aquella época.

It's paranoia

Whispers in my ear

Nobody to trust

All that's left is fear

Echos of ourselves

It's all that we hear

What do we become when the end draws near?

Ese también me lo recuerda. The Last of Us Rap, de Dr. Awkward.

Hay muchas cosas que viví que quiero recordar.

Primero: la tragedia griega de los ponis.

Antes, un grupo de chicas me molestaban a cada rato con lo de los ponis. Sé que suena muy marica que diga que me afectó, pero, ¡es cierto! Eso me afectó, porque en ese momento era raro, no original. Yo me sentía más odiado a la vez que me odiaba a mí mismo por no tener más amigos, por no hacer ningún deporte, por no ser como el mundo quería que yo fuera.

De todas maneras, el mundo sigue queriendo a un yo más deportista, a un yo que le guste la música progressive house barata, a un yo que no sea tan "gay porque no le guste Yuya", a un yo menos raro, a un yo que siga las instrucciones, a un yo que pueda seguir comandos matemáticos como un títere, ¡A UN YO PERFECTO!

Siento que acabo de descargar mi ira contra el papel. Cállate, Salchi, no tomes a broma mi situación ni te rías de mí como lo has hecho reiteradas veces.

Ahora somos sólo los lectores y yo.

Ahora, verán que siente el nerd de la clase cuando ya ha tenido suficiente.