El puente de Londres se callo, se encontraban todos a la espera de la noticia de, que , como, o quien había sido el causante fuera revelado en las noticias mas frecuentes, un fuerte sonido del reloj mas grande se hacia escuchar por todas las calles, los sollozos de la gente, los aullidos de los perros y los gritos dentro de las altas paredes del palacio no dejaban de sonar, un golpe se hizo escuchar por todos lados, retumbó de pared en pared hasta que las puertas de la primera y mas grande habitación fueron abiertas.
-"Se callo, efectivamente se callo, no se sabe como, todavía no se encuentra rastro, solo sabemos que el reloj no a parado de sonar desde entonces, ¿todavía no llegan? Médicos y enfermeras deberían de haber estado acá desde que se hizo su llamado."
-"Todavía no, los mendigos mas pobres no nos dejan ver, hay gente por donde no debería y todos quieren saber."
-"Que deje de sonar el reloj, quiero siete campanadas en la iglesia mas alta y cada una mas lenta que la otra, quiero que el reloj deje de sonar y que luego de las campanas se deje correr la noticia, soy su hijo y quiero silenció, exijo silenció en su honor."
Fuera del palacio se encontraban las familias, los pobres y mendigos, la gente que no tenía hogar, la que si lo tenía y la que debería tener.
-"¿Habló con alguien antes de morir?"
-"No, nadie entro, o nadie vio a nada ni nadie salir de ese cuarto, ese es el punto, que nadie vio nada."
-"Que se vean las cámaras, que se diga que falleció aunque ahora reine el caos, que se prepare una tumba tan grande como lo fue, que todos busquen aunque sea el mínimo rastro de que fue lo que término por provocar su muerte, el big beng contara cada minuto hasta qué se encuentre su causante."
-"¡Que alguien revise las cámaras! ¡Soy su hijo e iré con cada uno de los guardias de este palacio a preguntar su paradero!"
-"¡Yo voy! ¡Yo voy! Soy su hija y merezco saber que le a pasado "
Una...dos....tres..... Cada campana sonaba mas lento, cada segundo que pasaba se sentía mas pesado, la gente lloraba, se apoyaba en las rejas y golpeaba al ritmo de las campanas, el cielo parecía caerse, se veía gris y sin vida, las nubes parecían querer llover, limpiando los rostros de la gente.
En esa multitud de gente, siempre al frente se encontraba un joven con la cara manchada de tierra y las ropas sucias, con sus manos sobre las rejas y unos ojos que podían haber perforado en alma de alguno de los guardias, miraba la puerta de entrada... Y seguía mirando.... Hasta qué de esta aparecieron guardias, ya sabían a quien, y como atrapar.
Y el pequeño estaba en ese plan...
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Quien Te Llame Bestia...
Short StorySe callo... no se sabe cómo callo, pero se callo. Y ahora se busca quién lo derrumbó.