15. el amor fluye

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—Jordan, sácalo duele.

—no puedo morena, si lo saco ahorita...

—¡que lo saques! —le ordené.

—morena, ya casi, solo déjame continuar con mi trabajo.

—nunca he hecho esto, pero estoy segura de que eso no va ahí.

—yo si lo he hecho y si va ahí, solo déjame continuar confía en mi

—está bien confiare en ti, pero date prisa que no soporto ese ruido

—morena soy experto instalando sonido —hice una mueca con mi rostro mientras me cruzaba de brazos.

—sí, lo que tú digas si fueras experto no estaría haciendo ese sonido tan horrible y mis oídos no estarían a punto de explotar —estaba algo irritada— iré por los bombillos.

Jordan y yo no fuimos hoy a la escuela, como mamá se fue temprano al trabajo y papa también pude fingir un dolor de estómago frente a mis hermanos y así no ir y poder preparar la sorpresa de Eduardo a valentina.

Estábamos instalando el sonido ya lo único que nos hacía falta era colocar los bombillos pasamos casi toda la mañana haciendo esto solo espero que mi hermano no lo arruine y que todo salga como lo planeamos, para no tener problemas decidí decirle a valentina que viniera a las 5:30 a mi casa así todo estaría listo y no chocaría con la cena en casa de Jordan.

Encontré los bombillos en mi cuarto y bajé para poderlos colocar en su lugar, el patio se veía maravilloso, el mini jardín de mi mamá decoraba perfectamente para la ocasión, Jordan consiguió algunas piedras de mar para poder hacer un camino improvisado que rellenamos con flores artificiales, el camino conducía a un escenario improvisado donde estaba un micrófono y una guitarra, a los costados estaban los parlantes y arriba irían los focos para poder iluminar el lugar.

Todo se veía bien, no puedo creer que esto estaba pasando. todo quedó maravillosamente bien, la idea de mi hermano es cantar una canción y luego pedirle que vaya con él al baile y en el baile pedirle que sea su novia yo solo me encargo de escenografía y de traer a la chica, el resto le tocara a mi tonto hermano.

—Jordan, ¿quiere comer algo?

—está bien, pero deja a mi prepararlo

—¿por qué nunca me dejan cocinar a mí? —desde hace mucho aprendí a cocinar de hecho hasta veo programas de cocina, pero nunca me dejan poner en práctica mis artes culinarias.

—no lo sé, pero deja que yo te prepare algo hoy

Lo vi de mala gana, pero accedí —está bien y tendrás que cocinar un poco más, los trillizos están a punto de llegar y siempre vienen con mucha hambre.

—no te preocupes cocinare suficiente.

—iré a mi cuarto a cambiarme de ropa.

—yo estaré en la cocina.

Subí a mi cuarto y me cambie lo más rápido que pude cuando iba a salir tropecé con una bolsa, era el regalo que me dieron las chicas después que compraran sus vestidos, la tome entre mis manos y la abrí, no podía creer que aquel hermoso vestido rojo estaba en mis manos, ellas lo compraron para mí, no lo creo

Solo que no sé dónde lo usaré, aún sigo creer que ellas lo compraron para mí, son tan maravillosas nunca había recibido un regalo tan precioso como este solo mi mama era la que me los hacía.

Guardé el vestido y bajé a la cocina —huele riquísimo— Jordan estaba cocinando lasaña no es mi comida favorita, pero me encanta

—es porque estoy cocinando yo.

Las Promesas © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora