Era un dia cualquiera como los de siempre, esos que tienen una rutina fija, que tienes que cumplir.
Me levante temprano como solía hacer, y me fui al instituto en el autobús.
Cuando llegue allí empezaron las clases, como siempre atendía por obligaciones, aveces propias incluso.
El timbre de salida al primer recreo sonó, un simpre ring, como siempre en estos sitios, nada colorido.
Salí al recreo, y fui a la esquina donde siempre quedaba con mis amigas.
Allí me las encontré charlando de problemas adolescentes, aunque yo no tuviera casi problemas, la verdad, las ayudaba, quería lo mejor para ellas.
Volvió a sonar ese frío ring que indicaba la entrada a clase.
En el siguiente recreo decidimos salir, a la calle, yo, de echo, me sentía mas libre.
Cuando ese ring volvió a sonar nos fuimos a clase.
A las dos y veinticinco salimos, me sentía bien, por fin podría volver a casa , descansar y pasar un poco de la agobiante rutina. Subí hacia donde el autobús me recogía, monte sola. Cuando llegue a casa, en un acto de autoridad me hice la comida y comí, también dormí una siesta.
hice los deberes, cene y me fui a la cama, estaba cansada.
