Grisáceo

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A los que se ríen en clase 

A los que van a museos 

A los que enmarcan las fotos bonitas 

A los que llegan cansados a casa 

A los que secan las flores 

A aquellos que no pueden más 

Y a los que siempre han estado

Universal- 

28/07/11

Creo que te debo tanto y te lo digo tan poco. Cuántos momentos quedan. Cuántos. ¿Y si no hay número? Y que se me hacen los ojos agua al pensarte. Y míranos. El alma recorriendo París y la mente en Londres. La línea temporal de un recuerdo tras otro. Y vivo aterrorizado a soñarte. Y lo hago cada noche, te lo prometo. Qué hijo de puta el que dijo que puedes escaparte al dormir. Qué lejos se puede estar de una persona que está tan cerca. Joder. Qué cantidad de velas se apagaron esperando a que llegases a casa. Y te juro que nunca lo hiciste. Hay una lista interminable de nombres que ya me cuesta pronunciar. Ojalá. Ojalá el día nunca termine. La noche me da tanto miedo que a veces me quedo despierto respirándote. Con cada latido de mi alcoholizado. Y no me habré tomado vasos de Vodka para olvidarte. Exactamente el mismo número que las veces que he dicho que no iba a enamorarme de ti. A veces los ángeles también mueren. A veces el amor también se deteriora y lo encuentras tirado entre sobres llenos de mensajes de conversaciones antiguas. Y todo se basa en eso. En mensajes pasados que ya solo joden. Y a veces joden mucho. El tiempo solo pasa rápido cuando te miro a los ojos. Y ojalá te pudiese mirar menos.

Capturas- 

27/08/12

Y siendo aquel nuestro día me vi más perdida que en ningún otro. Buscaba miradas ajenas en un charco de agua gris. Ansiaba la aprobación de los demás como quien necesita un vaso de agua fría en verano. Y el verano. Curiosa sensación de libertad entre rejas de soledad y furia. Al berrear por las noches y despertar hasta al perro. Y esto era todo. Esperaba que el día fuese largo para que me contases historias de cómo eran tus sueños. Y yo siempre te contaba el mismo. Y la verdad es que siempre era el mismo. Una nube tóxica de tristeza asolaba una mentira. Y que sólo yo me creía aquella mentira. Cómo me olvidabas de nada los días que tenías de todo. Al quedarme dormido en un charco de alquitrán y despertarme cubierto de veneno. Y que me llamaban de éste porque todo me convirtió en así. A veces las mejores personas son las que no quieren demostrarlo. Esa frase o mirada que te da un golpe en el estómago y aun así espera que sigas caminando. Dolores de estómago convertidos en morriña, taquicardias que son sujetadas por la causa. Y la cordialidad y lo sincero de cómo te sonrojas. Deja que me quede contigo hasta que pueda estar en pie solo.

Dedicación- 

05/09/12

Me gustan los martes de paseo y helado; los jueves de una tormenta que se ve desde la ventana. Me gustan los viernes de quedarme hablando contigo a oscuras; y los sábados de abrazarte pronto y besarte tarde. Me gusta estudiar tus ojeras, pensar quién las hizo y cuanto tardó. También me gusta susurrar tu nombre al terminar una canción y pensar que la escribieron para ti. A veces pregunto dónde estás y con quién, y aprieto los dientes unos contra otros para no decir palabrotas. A lo mejor debería contarte que encontré a alguien con quien tachar días del calendario. Y si me ves ahora, quizás quieras morirte de risa. Es algo extraño pensar que alguien es así cuando luego es asá. Y me gusta saber que hay más personas asá que así cuando camino por la calle. Vi una farola con tu nombre escrito y quise llevármela a casa, pero terminé no haciéndolo porque tú ya iluminabas todo lo suficiente. Ahora hay personas con las que antes me divertía que no saludan cuando me ven pasar. Y yo pienso que son muy tontos porque no saben que yo les saludo a escondidas. Hay días en los que sueño cosas que quizás nadie deba saber. Y tus abrazos son una de ellas. Quise expulsar todo lo malo que sabía y acabé vomitando los gritos de mi mente. Y bebía la saliva que no te pude dar. Y vendía los besos que no querías recibir. Y con eso te compré cien mil cosas que nunca necesitaste, pero que te quise regalar. Mi sueño era verte feliz sobre un fondo claro y sonriéndole a la locura. Y el día en el que se cumplió, mi sueño ya era estar ahí contigo. Tardé tanto en darme cuenta que me creí que todo era una broma. Un pequeño ápice de tiempo. Compraba libros en las gasolineras y guardaba los papeles de envolver chicles de fresa que tirabas al suelo. Lo peor de todo fue cuando me dijiste que me querías, pues te tuve que decir que yo ya había dejado de hacerlo.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2014 ⏰

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