Cada mañana era uno distinto, no sabia como lograba que llegaran a mi cama o mas bien no sabia como llegaba yo a sus camas. Tenia apenas 26 años y ya me habia acostado con 9 hombres; talvez suenen pocos pero para alguien que perdio la virginadad a los 20, eran muchos.
-Hola amor, dormiste bien?-pregunto èl con los ojos entre abiertos.
-Clar...-ni la frase me dejo terminar cuando sentia sus labios sobre los mios, ese hombre besaba tan bien, y no pude evitarlo lo bese tambien porque no podia dejar de basarlo y cuando menos lo esperaba el estaba tumbado arriba de mi.
-Espera, tengo que irme-dije,estaba besando mi cuello,sentia que todo el cuerpo me ardia, pero tenia que irme.
-Espera, a nadie le hace mal un plovo mañanero.
-Claro que no-me estaba convenciendo-pero tengo que irme se me hace algo tarde.
-Te dejare ir si me dejas tu numero telefonico.-era una condicion sencilla
-mmmm..., pero con una condicion, si prometes llamar.
-Claro, guapa a ti te llamaria cada noche, porque lo que pasamos ayer me encanto y no melestaria repetir.
Despues de 20 min. de lograr que me dejara pararme, me levante me vesti y me fue.
Siempre era asi, no me gustaba tener mucha conversacion con ellos o conocerlos, para mi solo era sexo.