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Cuando el sol descienda y las mariposas negras aleteen por miriadas en el vasto cielo, entonces al otro lado del mundo los ojos se habrán cerrado en un acto de temor ciego; Comprenderás, ¿por qué cerrar los ojos si tan sólo habrá más oscuridad?

El tiempo pasará como un tren devastando lo que solía ser; Arruinando y haciendo visible lo aberrante, lo crudo que es vivir y seguir adelante. Te darás cuenta de la voz idílica del niño que arrebataron, del estudiante al que las responsabilidades lo ahogaron, culminando frente al espejo y mirando el reflejo del adulto producto de la nausea que causaron. 

Apreciarás las resecas arrugas de un papel pálido, de los ojos que antes eran blancos y ahora se notan desgastados, sólo para descubrir que esto no era lo que siempre habías deseado:

Y querrás gritar, pero tu garganta es débil y tus pulmones cual muchacho prematuro. Querrás correr, pero tus piernas se tornaron como cedro duro, querrás llorar... pero, no habrá nadie a quién contarle tu quejumbro.

Comprenderás que la muerte puede venir en un abrir y cerrar de ojos mientras miras una hoja, mientras cargas a tus hijos, mientras sonríes o besas al amor de tu vida; Que los días pasan y que al otro lado de la moneda existe alguien como tú, probablemente sufriendo el suicidio de su vida entera: cometiendo las cosas que un ser humano sabe muy bien hacer, y que esto no es nada más que errar más de una vez.

Te preguntarás: ¿qué hago en este lugar?









ViolenciaWhere stories live. Discover now