Capítulo Ocho "Un poco más cerca"

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Ya no podía retractarse de lo que acababa de decir y menos cuando Jackson se acomodó en su asiento para retirarse el cinturón de seguridad. Era evidente que él quería estar con ella y esta oportunidad le llegaba como caída del cielo.

Hannah se quedó ahí sin moverse y sin decir nada más. Lo vio salir del auto y dirigirse a su lado para abrirle la puerta. Tragó saliva y, ocultando sus nervios, salió aferrando sus manos con toda su fuerza a su bolso.

Se mordió el interior del labio y caminó hasta el edificio. Pensaba que los nervios se irían poco a poco pero al parecer no sucedería así. Y es que, de solo pensar en lo que harían al entrar a su apartamento hacía que sus piernas flaquearan.

Para Jackson era igual. Podría parecer de lo más tranquilo e inmutable pero, por dentro, podía sentir que sus piernas lo traicionarían en cualquier momento. Eso causaba el solo pensar en tenerla de nuevo en sus brazos. La había extrañado demasiado y se lo iba a demostrar.

Subieron por unas escaleras. Al ser un edificio de tres pisos, y su departamento estar en el segundo, no contaban con ascensor.

Al estar ya frente a la puerta con manos temblorosas sacó la llave de su bolso. Por los nervios no pudo introducirla al primer intento e incluso terminaron por resbalarse de sus manos y caer al piso. Con pena en su rostro se inclinó para recogerlas sintiendo en todo momento la presencia de Jackson a escasos centímetros.

-¿Estás segura de esto? -cuestionó él al verla moverse con torpeza, era evidente que estaba nerviosa.

-¡Sí! -respondió al instante-. Quiero hacerlo.

Otra vez habló sin pensar. Tal parecía que su cuerpo hablaba por ella. Pero era cierto, estaba segura de querer estar con él, lo necesitaba también.

La segunda vez logró su cometido y abrió la puerta para enseguida entrar e invitarlo a que hiciera lo mismo.

Ya en el interior y con tan solo haber dado escasos pasos para quitarse el calzado Jackson se abalanzó a ella para besarla desesperadamente. Estaba ansioso por saborear esos labios y por sentir su piel bajo las palmas de sus manos, ya no podía contenerse más.

Estaba deseoso de poseerla a tal punto que le pasó por la mente hacerlo en el interior del auto cuando la besó. Pero una parte de su cerebro todavía razonaba un poco y se obligó a controlarse para no darle una mala impresión o asustarla.

Pero ahora ya no podía controlarse aunque quisiera. Y al parecer ella tampoco porque respondió a sus besos con la misma intensidad, aunque al principio si se sorprendió, se fue liberando de los nervios al momento que sintió sus labios en los suyos.

Ambos dejaron que sus cuerpos hablaran por ellos. Se dejaron llevar por esa pasión que parecía incrementar en cada beso, en cada caricia, en cada respiro.

Jackson fue despojando de su ropa a una Hannah que no oponía resistencia alguna, hasta dejarla en solo ropa interior. Un conjunto que, aunque era en color blanco, era muy sensual, y al que ahora sí él le ponía toda la atención del mundo. No era su costumbre usar ese tipo de lencería pero en el tiempo que ha estado trabajando en el club comenzó a llamarle la atención ese tipo de prendas.

La miró de pies a cabeza admirando cada mínima parte de su cuerpo haciendo que ella se sintiera un poco incomoda. Nunca en las noches que pasaron juntos la había mirado así por tanto tiempo. Y tampoco el único hombre con el que había estado antes.

-Eres hermosa -soltó con su voz rasposa mirándola directo a los ojos.

Hannah no pudo evitar sonrojarse al escucharlo. Nunca había oído esas palabras por lo que no supo cómo reaccionar o que decir. Pero no hizo falta, Jackson volvió a besarla tan apasionadamente como al principio.

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⏰ Última actualización: Apr 21 ⏰

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