Los escritos de Anna

perfecta

Grace era una mujer hermosa y perfeccionista.

Tanto así que todo a su alrededor era de igual manera.

En su casa reinaba la monocromía.

Tonos pastel, libreros pulcros a escobillas. Un piano de cola blanco en un salón y un jardín enorme con figuras esculpidas en arbustos que salieron de su mente.

Su esposo era igual de perfecto que ella: rubio, alto, guapo y con los ojos más azules que alguna vez había visto.

La única diferencia entre ella y su esposo, era que ella tenía los ojos avellana.

Su vida era perfecta. Y ella haría cualquier cosa por mantearla así siempre.

Llegó entonces el día en que le dijo a su esposo que era tiempo de tener desendencia, un primogénito. Un ser perfecto.

Él estuvo de acuerdo.

Grace solo esperaba una cosa en especial: que su bebé tuviera los ojos verdes. Un verde brillante, como un bosque en verano.

Ella sabía que tenía probabilidades, sus genes ayudarían a lograrlo, eran la perfecta combinación.

Sería el perfecto equilibrio entre ambos.

Los meses pasaron y finalmente el momento llegó, cuando el color de los ojos de su primer hijo por fin se reveló.

Pero desgraciadamente, con ello llegó también la decepción.

Pasaron diez años desde aquel primer intento, pero lograron ver el día en que su anhelo se hizo realidad, el día en que una hermosa niña de ojos de serpiente nació.

Claro que ella nunca supo que cada rosa en su jardín marcaba el sitio donde descasaba el cuerpecito de un bebé que había sido considerado imperfecto.

Ella fue la única que por su perfección le fue perdonada la vida.

~*~