GORDA ADOLESCENTE [EDITANDO]

-Capítulo 5-

Maldito Axel.

¿Porqué de todo el mundo me tenía que suceder esto?

—Muero por ver eso —murmuró Isaac con una sonrisa— entonces, ¿Qué hará? —observó a su hermano.

Todos volteamos a verlo.

Cruzaba sus brazos mientras me miraba de manera pensativa.

Ahora estaba muy ansiosa por ver lo que me pondría a hacer.

Él sigue siendo tan impredecible.

—De acuerdo, harás lo que yo diga, por un mes —dijo y puso sus manos sobre los bolsillos de su pantalón.

Amplié mis ojos.

¿Qué rayos dijo?

Tragué saliva nerviosamente.

—¿Un mes? —pregunto confundida, él asintió.

—A la entera disposición —dijo Isaac con su característica sonrisa coqueta.

¿Qué?

—No mal pienses —dijo Axel frunciendo el ceño y mirando raro a su hermano menor.

—No hagas que los demás mal piensen, digo, vamos habla claro —dijo con una sonrisa burlona.

Axel resopla ignorándolo.

—Manhattan —me miró.

Joder, ¿No se cansa de cambiarme el nombre?

—Como decía, un mes tendrás que hacer todo lo que yo quiera, no es tan difícil —dijo, podía mirar que sonreía burlón.

—Un maldito mes —exclamó Abby— ¿Lo escuchaste? —me preguntó.

Yo también estaba molesta e incomoda.

Nunca pensé que así fuera Axel, realmente pensé que era otro tipo de persona, tal vez un tipo más callado, serio e introvertido. Pensé mientras lo observaba.

—Rayos —murmuré con el deseo de que la Tierra me tragara.

—Te lo dije —abby susurró en mi oído.

—Tampoco vayas a aprovecharte de lo que le vayas a pedir —dijo Bradley poniéndose al lado de mí.

Oh, ese chico es tan lindo... Bueno, sólo cuando quiere.

—Descuida, de hecho tengo algo —sonrió el maldito ganador.

Odio su sonrisa ególatra.

Como siempre, soy yo la perdedora, me arrepiento de hacer la apuesta.

—Mira —señaló Axel y todos miramos hacia donde señalaba.

—Oh helados! —exclamó Cassie emocionada, Isaac sobresaltó del susto debido al grito emocionado de su prima.

—Quiero uno —señala Abby.

Yo igual. Pensé observando como el señor iba con su carrito de helados.

—No se preocupen, Brooklyn irá por los helados —dijo Axel inmediatamente.

¿Cómo que yo iré?

Sentí mi piel erizarse cuando sus labios se acercaron a mi oído.

Pero lo arruinó mientras me susurraba...