psycho.

154 21 6
                                    


La vida parecía no sonreírle a Park Jimin, quien fruto del cansancio llegó a su casa, recostándose sobre su cama en lo que sería una simple siesta de quince minutos, para despertar a eso de las tres de la mañana. Su ceño se frunció y tuvo que ahogar el grito de frustración contra su almohada en cuanto la hora se reflejó en la pantalla de su teléfono. Había perdido una gran cantidad de horas para elaborar su plan, su uniforme había quedado arrugado, además de que el hambre parecía devorarlo por dentro, así como sus ganas de ir al baño.

Con el entrecejo junto se puso de pie para prender la lámpara de su habitación, quitándose las prendas e intentando ordenarlas lo mejor posible para que no tuviese un regaño por parte de su madre al día siguiente, o bueno, en las horas siguientes. Desnudo, sin importarle absolutamente nada, caminó por su habitación ropa interior; así como un pijama limpio, antes de dirigirse al cuarto de baño para darse un rápido baño, tenía que relajar sus músculos.

Luego de una ducha y de haber comido un par de galletas y bebido un vaso de leche fría se sentía mucho más calmado. Suspirando se dirigió hacia su cuarto una vez más, sentándose frente a su escritorio, notando entonces que sus cortinas estaban abiertas de par en par, mas no se molestaría en cerrarlas. Todo parecía en calma en la casa Jeon.

Revolviendo su húmedo cabello buscó entre sus hojas sobre el escritorio hasta dar con aquella en la que tenía escritas sus ideas para hacer del menor suyo, sin embargo, su mente estaba tan agitada que por más que lo intentó, no logró concentrarse en absoluto, debería dejar aquello para otro día. Su frente chocó con la madera del escritorio varias veces, dándose una reprimenda por ser alguien tan poco eficiente, tendría que hacer que su cerebro se conecte durante el fin de semana. Sí, el lunes sería su día, sí o sí.

Con ese pensamiento fue a la cama, para descansar las pocas horas que le quedaban.


'•.,¸¸,.•'


Definitivamente el de cabellos rosados creía que el destino lo odiaba, después de todo, aunque no había hecho absolutamente nada fuera de lo común, le fue imposible ver a Jungkook durante la mañana. ¿Cuántas horas habían pasado desde la última vez que sus ojos se posaron en aquella estupenda figura? Ni siquiera quería pensar en aquello, tan sólo se dirigió hacia su escuela con el ceño fruncido, presionando las correas de su mochila con fuerza, con tal de desquitar la ira que se acumulaba en su cuerpo. Sólo esperaba que Taehyung no tuviera ninguna ocurrencia ese día, no estaba para soportar su jodida existencia.

Al menos al llegar pudo charlar un poco con sus amigos, no iba a aceptarlo mas las buenas noticias que le entregaron hicieron que sus ánimos subiesen mínimamente. Y bueno, aunque gracias a aquellas buenas nuevas sabría que tendría que pasar el almuerzo solo, no se inmutó, quizás eso era la luz de su día y podría contemplar la belleza del castaño en completo silencio, sin interrupciones. Las comisuras de sus labios se curvaron en una notoria sonrisa, que no dejó de preocupar a sus amigos, lo que, obviamente no le importó en lo más mínimo. 

Y parecía que las alegrías se multiplicaban, después de que el timbre sonó indicando el inicio de las clases y el molesto rubio no dio señales de aparecer, supuso que sería una excelente manera de terminar la semana. Kim no lo molestaría en todo el viernes y tendría esos dos días siguientes para centrarse en su objetivo. El lunes definitivamente tendría a Jeon a sus pies. La lengua de Park se paseaba tentadoramente por sus labios ante ese pensamiento, no podía esperar por tener cada parte del cuerpo del menor, y no sólo eso, oh no, no podía conformarse con eso, no, quería hasta el más recóndito pedazo de su corazón también. Sí. Lo quería completo y lo tendría.

CBP [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora