Mientras comía aquella carne recordaba el pollo asado que solía preparar en el horno,aunque quedaba muy lejos de aquel jugoso pollo asado con patatas que preparaba los sábados. -¡tampoco esta tan mal!- Nunca pensé que podría comerme una rata. Ya habían pasado dos años desde que todo cambio y no me quedaba mas remedio que comerme lo que encontrara. Me había hecho una experta en la caza con arco.
Vivía en una cueva a la que llegue hace año y medio con mi novio, huyendo de la ciudad. Allí nadie estaba a salvo, la gente se mataba por la comida. Empezaban a comerse entre ellos. No sabia nada del exterior desde entonces.
Mi novio callo en un agujero dentro de la cueva, no había forma de sacarlo de allí. Durante semanas estuve alimentándolo desde arriba. Un día dejo de hablarme,creo que lo hizo para que no siguiera allí alimentándolo,murió en silencio,a pesar de que yo le rogaba que me contestara,nunca mas dijo nada. Seguí tirando comida y hablando con el,pero no tuve contestación. El siempre quiso abandonar la cueva,decía que tenia que haber gente civilizada en algún sitio,un pueblo donde la gente cultivara su comida,una sociedad donde poder empezar de nuevo. Quería que saliéramos a buscarlo. Pero era muy arriesgado. La cueva nos proporcionaba todo lo necesario para vivir. Había agua suficiente para toda la vida,ratas,murciélagos y unos bichos que nos encantaban a los cuales llamábamos langostinos,aunque mas bien parecían cucarachas.
Decidí que había llegado el momento de salir de aquella cueva,quería encontrar el pueblo del que hablaba mi novio. Lo ultimo que me dijo es que me fuera a buscarlo,que tenia que salir de allí. Quería hacerlo por el. Estuve todo el día cazando ratas y langostinos para llevar toda la comida que podría para el viaje. Llene las cantimploras de agua,cogí el arco y la mochila y me puse en camino.
Cuando salí de la cueva el sol cegó mis ojos,paso un rato hasta que pude ver con claridad. Lo que antes era un bosque ahora no eran mas que cenizas,no había una sola planta todo era de color gris. Continué mi camino bajando por una pendiente entre árboles que aunque muertos seguían estando en pie. Llegue a un rió,estaba practicamente seco. Ya era un poco tarde y ese parecía un buen sitio para pasar la noche,monte una pequeña tienda de campaña con unas ramas y una tela que llevaba en la mochila,cogi unos trozos de madera e hice fuego para prepararme la cena. Tenia que comerme las ratas que había cazado o se estropearían y tendría que tirarlas. Los langostinos podían durar unas dos semanas y tenia suficientes para tres días,luego tendría que buscar comida en algún sitio.
Despelleje la rata con el cuchillo,le clave un palo y la puse al fuego. Mientras la cocinaba escuche unos ruidos que parecían voces. Apague el fuego rápidamente echándole tierra por encima y me escondí detrás de un árbol.
Alguien se acercaba,los pasos cada vez se sentian mas cerca,saque una flecha de la funda cargue el arco y me quede escondida esperando. Parecían dos personas,estaban a unos veinte metros.
-El fuego estaba por aquí, estoy seguro
Observe como uno de ellos hacia gestos con las manos, querían darme caza, pero no se lo iba a poner fácil. Se separaron y uno de ellos se acercaba.
Cuando llego a la hoguera se agacho y puso la mano encima
-Todavía esta caliente
Salí de detrás del árbol apuntandole a la cabeza
-¿Que vas hacer con eso puta?
-¡No te muevas o lo comprobaras!
El hombre empezó a gritar,-¡Esta aquí Jon es un puta!
Solté mis dedos y la flecha salio disparada,se le clavo justo en la frente. Callo al suelo, me acerque a el le pise la cabeza y le saque la flecha de un tirón.