Free Hugs

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    Hyunjin no estaba teniendo un buen día. Se podría decir que si fuera por él ni se hubiera levantado esa mañana. Una pena que no lo fuera porque ahí se encontraba, de pie en medio de un montón de personas vestidas de personajes de anime o juegos indies que habían llegado a su punto de popularidad.

   ¿Y qué le podía hacer él? Si su mejor amigo Jeongin le había arrastrado literalmente de la cama para llevarlo al salón manga, el cual ni se acordaba Hyunjin que era ese día. Independientemente de su estado de ánimo no se quejó y fue con él, sin ganas, pero su amigo nunca lo sabría. Y mucho menos ahora, porque Jeongin lo había dejado plantado ahí en medio hace como una media hora y no volvía. El menor se había encontrado con un amigo suyo, Felix, y lo que se suponía que iba a ser un saludo resultó ser un Hyunjin solo con sus ganas de morirse amplificadas.

   Quizás por eso, o por aburrimiento, decidió dar una vuelta por aquel sitio aún sabiendo que él no era mucho de ese tipo de cosas. Y dio vueltas, viendo gente muy extraña vestidos de waifus y neekos y a un grupo de chicos bailando con toda su alma en el escenario que había allí. Y eso último, por un momento, le hizo sentir mejor ya que el baile lo era todo para él y la música era pegadiza. Pero aún así, no consiguió animarlo lo suficiente como para decirle al chico que apuntaba a los que bailaban arriba del escenario que se quería apuntar. Se alejó del escenario poco después, preguntándose qué coño hacía allí, porque llegó a un punto en el que ni se acordaba. Su mente estaba tan nublada que ni siquiera se dio cuenta de que ya había salido del edificio y se encontraba en una de sus puertas principales siendo vigilado por lo que parecía el tipo de seguridad. Hyunjin ni siquiera pudo sonreír antes de apartarse del camino de otras personas como medio de disculpa y tampoco pudo controlar sus ganas de llamar a Jeongin y preguntarle qué coño le pasaba por dejarlo ahí. Y sí, él mismo sabe que no le habló demasiado bien ni en un buen tono a su menor, pero no le podía importar una mierda más grande.

   Decidió irse solo y ahogar todas sus penas en casa, porque sí, Hyunjin tenía una sonrisa preciosa y era de risa fácil, pero no estaba en un buen momento y hacía mucho que no lo estaba. Y mucho menos ese día.

   Hyunjin había tenido que soportar un divorcio ajetreado por parte de sus padres, que lo llevó a vivir con su abuela por casi dos años. Apenas veía a sus padres y quieras que no, eso le afectó. Pasar de una familia feliz a un vivo con mi abuela porque ninguno de mis padres se quiere quedar conmigo era algo que si se lo hubieran dicho nunca se lo hubiera creído. Pero eso fue hace tiempo, y por eso no debería afectarle ¿no?. Tonterías, porque le dolía como el primer día y puede que incluso más en esos momentos. Además de los recuerdos dolorosos del divorcio de sus padres también estaba su mejor amigo no humano, Kami, el cual había fallecido hace dos días y él era el único que lo sabía y joder, ardía como el infierno y más aún cuando esa misma mañana Jeongin le había preguntado por él y lo único que Hyunjin pudo hacer fue aguantarse esas malditas lágrimas que amenaban por salir y decirle que estaba bien, un "tan genial como siempre, Jeongin", fue lo único que pudo formular en ese momento. También estaban sus estudios, pero eso ya era un caso aparte lleno de estrés, desesperación y malas notas, porque por extraño que parezca, Hyunjin más de cinco no sacaba. Había algún que otro problema más de los cuales prefería no hablar, como con todos los demás. Quizás por eso se sentía tan solo y perdido en el mundo de vez en cuando. Quizás debería contarle todo a alguien, pero bueno, solo quizás porque, no estaba tan mal ¿verdad?.

   Hyunjin entró de nuevo al edificio ya que había salido por la puerta que no era, más bien, la que estaba más lejos de la parada de autobuses que él cogía. Andó sin prisas, mirando casi fijamente el suelo de tan baja que tenía su mirada y cuando escuchaba ya los coches de fuera una mano tocó su hombro, haciéndole levantar la mirada.

   Y puede que fuera raro, pero le sorprendió muchísimo ver a un chico que no conocía de nada, rubio, algo más bajo que él con un cartel que ponía "Free Hugs" en una letra bastante redonda y colorida. El rubio alzó el cartel y le sonrió, ¿tan obvio era que no estaba bien?.

  Y Hyunjin no se molestó en contenerse, ni mucho menos. Se abalanzó sobre aquel rubio desconocido y lo abrazó como nunca había abrazado a alguien. Sin darse cuenta, había empezado a llorar y el más bajo se dio cuenta, por lo que empezó a sobar su espalda.

-¿Quieres tomar un café? Te vendrá bien-Dijo el rubio en su hombro, sin separarse de él. Hyunjin solo asintió, le vendría bien, claro que lo haría.-Me llamo Jisung, por cierto.-Dijo el chico antes de separarse y regalarle una preciosa y perfecta sonrisa.

-H-Hyunjin-Respondió sorbiendo su nariz y limpiándose las lágrimas con las mangas de su camisa.-Perdón-Se disculpó luego de mirar el hombro húmedo del contrario.

-Está bien-Contestó aún sonriendo. Él asintió siguiendo su camino hacia la puerta, pero esta vez acompañado por el más pequeño, con su mirada pegada a él y con una ligera sonrisa formada en sus labios.



    Porque ese no era el día de Hyunjin, ni su semana, ni su mes, ni tampoco su año. Pero joder, todo había desaparecido de su mente por aquel simple abrazo y aquella sonrisa ladina. Además, eso podría mejorar a partir de ahora ¿no?.









Free Hugs | HyunSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora