CAPITULO 4 : EL CONTACTO

15 3 3
                                    


Aunque en un principio al descubrir la identidad de la persona con la que está hablando online sintió deseos de cortar la comunicación algo la hizo detenerse. No es quien para juzgar a nadie porque a ella ya la habían juzgado demasiado. La desanimaron, no la invitaban a perseguir sus sueños. La hacían desistir de lo que deseaba hacer solo por su impedimento físico. Se lo repitieron tanto que incluso se lo llegó a creer de verdad. Si las empresas no deseaban contratarla por culpa de su cojera.. ¿Cómo iba a lograr sus demás objetivos?
Hasta que un día su directora y la empresa en la que se desarrolla profesionalmente se cruzaron en su vida.

La mujer no lo podía creer. Por primera vez en años alguien se había aproximado a ella con una oferta para ganar dinero. Eso la dejó en shock, sobre todo porque a pesar de su cojera la oferta estaba ahí.

Un par de años atrás...

—Gracias por la oferta, por no echarse atrás al verme y por no ponerme límites. —le decía la joven a la persona que había contactado con ella.

—¿Por qué? Tu cojera solo es una circunstancia en tu vida, ¿qué tiene que ver eso con no poder realizar cualquier otro trabajo? Si fueras a dedicarte a jugar al fútbol lo entendería, pero hay otras muchas otras cosas que puedes hacer. —le decía la persona que la invitó al negocio.

—Lo sé, pero estas empresas buscaban una buena imagen. Y además está el tema de la edad. Ya tengo cuarenta y cinco años. —respondía la mujer de ojos azules.

—Yo solo veo una mujer bonita, una mujer con una imagen agradable. Lo de tu pierna, la verdad se me ha olvidado. Con respecto a lo de la edad la verdad es que es lamentable que muchas empresas se rehusen a contratar personal nuevo tan solo porque pasan de los cuarenta. O peor aún, que te despidan al cumplir cincuenta años. Es cruel y muy injusto. Deberían ser castigados por ello. Te voy a confesar algo. Trabajando conmigo tengo gente de dieciocho años, pero también de treinta, de cincuenta e incluso de sesenta e incluso más. Es más, la mayoría de las personas que trabajan conmigo tienen más de cuarenta y cinco años. Me centro en dos tipos de personas en especial porque me molesta mucho la discriminación que sufren por su edad. Aunque la gente muy joven, a veces también tiene problemas para encontrar empleo por la falta de experiencia y a veces cuando los contratan se aprovechan de ellos pagándoles lo mínimo que marca la ley. Ambos grupos tenéis más en común de lo que parece. Me centro en estos dos rangos de edad.

La morena se sorprendió al escuchar lo que la persona que estaba frente a si le estaba narrando y quiso saber más. Eso no era algo que uno escuchara a diario. No era muy habitual en el mundo en el que vivimos. Cuando la joven mujer, porque con cuarenta y cinco años aún se consideraba una joven mujer, dado que lo era, escuchó lo que la otra mujer le proponía no entendía nada en absoluto.
¿Qué le estaba proponiendo esa persona?

Nunca había escuchado nada como aquello. Probablemente era ilegal y por eso le decía todo lo que ella quería oír, para "cazarla" y quedarse con todo su dinero como acostumbran a hacer algunas empresas.
Enojada y ofendida se marchó del lugar en que había sido citada, aunque antes quien le hizo la propuesta le dio su número de teléfono y le dijo algo más.

—No tienes ningún riesgo. ¿Por qué no te informas un poco sobre la compañía y luego te formas una opinión? Yo tuve la misma reacción que tú cuando empecé en esta compañía incluso pensé en denunciar y mira donde estoy. Infórmate, te lo piensas y me llamas —la sonrió. No tienes nada que perder.

Y Linda así hizo. Buscó información en Internet que era mucho más fácil y accesible. Encontró cosas buenas y malas, aunque las cosas negativas que halló sobre la compañía parecía tener algún tipo de interés oculto en hablar mal de ella. Los comentarios eran demasiado intensos, demasiado enfocados en crear un gran rechazo y desconfianza entre las personas accedían a la información. Linda sabe que hay que buscar lo que hay detrás de cada comentario. Tal vez a algunas personas les fue mal y por eso hablan mal. También sabe que hay gente que obtienen beneficios por mentir y hablar de otras personas o compañías. Es una triste realidad.

La, ahora emprendedora, se percató en otros de los comentarios negativos que había sobre dicha compañía eran de personas que formaban parte de otras empresas, no tan buenas, pero directas competidoras de la compañía.
Linda se preguntaba que había de cierto en todos aquellos comentarios. Tal vez mucho, tal vez poco. Por eso leyó los comentarios positivos, y decidió dar una oportunidad a aquella oferta. Tenía mucho que ganar y nada que perder según le dijo la persona que la invitó. Y si la había mentido, si la estafaba lo denunciaría. Se puso en contacto con la persona que le hizo la propuesta y le dijo que lo intentaría. La persona que la invitó al negocio le dejó claras algunas cosas, tenía muchas ventajas sobre un trabajo clásico pero había que trabajar duro todos los días, tendría días difíciles en los que se desanimaría porque todo le salía mal pero tenía que seguir adelante. Aquella actividad era algo de paciencia, lucha y tiempo. Pero si no se rendía tarde o temprano vería los frutos.

La mujer de ojos azules se dio cuenta entonces de la razón que tenía su directora. La gente no la tomaba en serio, incluso las empresas que antes la rechazaban ahora la buscaban y le hablaban mal de lo que estaba haciendo. Linda estaba preparada para eso pues era exactamente lo que su sponsor le dijo que ocurriría así que no le tomó por sorpresa.
Finalmente la lucha, la constancia y la paciencia dieron sus frutos y ahora ella se encuentra ofreciendo la misma oportunidad de la que ella un día disfrutó a personas que como ella buscan ganarse la vida o bien necesitan un dinero que complementen su sueldo. Algunas de esas personas incluso ya han dejado su trabajo clásico para dedicarse de manera intensiva y exclusiva a la empresa y la oportunidad que Linda les ofreció un día. Ahora ella dirige sus propios equipos de trabajo. Le va bien pero porque lo lucha cada día y cuando cae se levanta.

Linda conversa con ese hombre de su misma edad tratando de ignorar su amargura y frustración, después de todo es una reacción muy comprensible. Es muy injusto que por culpa de la edad, las personas sean despedidas de su trabajo o no puedan encontrar uno. Michael se sorprende con las preguntas que la hermosa mujer le está haciendo. La dama necesita conocerle, conocer sus sueños y necesidades para saber como ayudarle.
Aunque Michael trata de averiguar sobre que trata la oferta, Linda no suelta prenda. Eso le intriga y le hace sospechar a la vez. No entiende porque tanto misterio. Pero como siempre ha sido una persona muy curiosa, cotilla le llaman sus amigos y familiares, accede a quedar con Linda.

Al llegar al lugar de la cita, Jackson queda impresionado al ver la belleza de la mujer que ha contactado con él, pero su sorpresa aumenta cuando la ve ponerse en pie y acercarse a él. No imaginaba que esa mujer tuviera esa limitación física, pero enseguida se acuerda de su fallecido amigo que también tenía un impedimento físico y eso no le detuvo jamás. En verdad son gente admirable.

El camarero del hotel les sirve dos cafés y en cuanto Michael descubre cuál es la propuesta de que esa mujer le está haciendo enfurece.

—No estoy tan desesperado. ¡Usted me ha visto cara de estúpido, señora y no lo soy!
Nada más pronunciar estas palabras, Michael Jackson, que se siente engañado, abandona el lugar sin despedirse de la mujer de ojos azules.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 18, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SOCIOS DE ORO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora